¿Qué es el coaching directivo?

El Coaching Directivo es la fórmula más útil y eficaz para trabajar con miembros de la Alta Dirección de forma personalizada y en sesiones de acompañamiento. Profundizará en el autodesarrollo de habilidades inherentes al cargo y obtendrá el contrapunto a la “Soledad de la alta Dirección”.  Le permite trabajar la tomar conciencia de los diferentes enfoques y posibilidades para avanzar en la consecución de sus objetivos como líder.

Las sesiones de coaching le permiten generar el espacio donde, en compañía de su coach, reflexionar, revisar y desarrollar su estilo de liderazgo. Podrá, si así lo considera oportuno, desarrollar y reforzar habilidades en comunicación y motivación para obtener el máximo rendimiento de su equipo directivo.

Un senior coach de Àgora Coaching, le ayudara a desarrollar las 3 actitudes clave en usted y en sus directivos, centradas en el desarrollo del directivo-líder para obtener una empresa excelente:   

… y las tres habilidades relacionadas con la gestión de sus equipos y su interacción:                                                            

  1. Responsabilidad incondicional.
  2. Negociación Constructiva
  3. Humildad ontológica

y las tres habilidades relacionadas con la gestión de sus equipos y su interacción:                                                            

  1. Comunicación auténtica.
  2. Negociación Constructiva.
  3. Coordinación impecable.

Todas estas actitudes y habilidades “conscientes”, quedaran totalmente integradas y asentadas gracias a la séptima disciplina: La maestría emocional.

En sus sesiones de coaching podrá abordar aspectos como la brevedad en la comunicación empresarial como elemento esencial de la excelencia y como articularlo en la práctica. El Coaching Directivo le permite ayudar a crecer a sus colaboradores impulsando su responsabilidad, creatividad y compromiso.

En las sesiones de coaching, donde usted marca la agenda de prioridades, reflexionará, revisará y desarrollará a través del entrenamiento, su estilo en la conducción de reuniones e intervenciones públicas a nivel institucional.

Avanzara en el diseño de las estrategias futuras de su empresa, en la toma de decisiones y resolución de problemas en todos los ámbitos de actuación. El coaching Directivo es un buen pretexto para focalizar su nivel de escucha, habilidad esencial en todo directivo.

El proceso de coaching le permite trabajar la creación del ambiente idóneo para generar confianza y credibilidad en su entorno laboral a fin de fomentar la participación de sus colaboradores y tratar las creencias limitadoras que le impiden avanzar y potenciar nuevas creencias. 

El Coaching Directivo es un contrapunto a la inevitable sensación de soledad que experimentan los profesionales de la Alta Dirección, más intensa en situaciones de crisis.

Identificando al perfil del candidato ideal

Elegir un candidato basándose en su experiencia, formación y habilidades parece lógico, pero es un enfoque un tanto equivocado. 

Hay que considerar no sólo las habilidades y la experiencia de un candidato, sino también sus cualidades personales, las competencias que un candidato puede aportar a  cualquier trabajo, como la persistencia, la motivación o una fuerte ética de trabajo. Estas son características fundamentales que generalmente no se pueden inculcar. 

En el Programa Avanza de Àgora Coaching, utilizamos la herramienta «Perfil del Candidato Ideal» para ayudar a nuestros clientes a crear un bosquejo claro y equilibrado de los candidatos que tendrán más probabilidades de éxito, tanto en la empresa como en el puesto. 

El perfil para cada puesto debe incluir: 

Habilidades requeridas: nivel de formación, experiencia y habilidades específicas. 

Cualidades personales:

Si quieres contratar al personal adecuado y encontrar empleados perfectos, tienes que tener en consideración todos estos factores. Con sólo la experiencia, no tienes la certeza de que esta persona trabaje bien dentro de la cultura de tu empresa. Las cualidades personales de un candidato ayudan en la estructura cultural por la cual has trabajado duro, para desarrollarla y ponerla en marcha. Es la estructura que sabes que dará los resultados que quieres. 

Una vez que hayas creado tu perfil de candidato ideal, no te comprometas. Al comenzar el proceso de contratación, este perfil te ayudará a determinar los criterios específicos que buscas en el empleado perfecto.

Redacta la oferta de empleo perfecta. 

Con tu perfil de candidato ideal presente, tienes lo que necesitas para redactar un anuncio de trabajo que atraiga a los candidatos correctos. Así que, ¿qué contenido debes incluir para atraer a tu candidato ideal? y ¿cuál es la mejor manera de llegar a ellos? 

Aborda la contratación de personal usando una estrategia de marketing. Si quieres contratar por razones culturales, necesitas crear un puesto de trabajo que atraiga a tus candidatos ideales, destacando los valores y la cultura de tu empresa. Si volvemos sobre el ejemplo del post “contratando al personal ideal”, el puesto de trabajo para el chef de ensaladas debería haber destacado la necesidad de ser autosuficiente, orientado al trabajo en equipo y responsable, con un interés genuino en la producción de alimentos de calidad. 

Cuando se expone todo de manera clara y concisa, tanto las habilidades requeridas, como las cualidades personales que se buscan, la gente que no encaja en el perfil se descartará por sí misma.

Conducir una entrevista enfocada en la personalidad. 

Antes de llegar a la etapa de la entrevista con el objetivo real de contratar personal, el trabajo es sobre ti, determinando tus valores y la cultura que quieras crear. Pero llegada la entrevista, el proceso recae sobre tu candidato y si reúne los valores de tu empresa. Sabemos que es difícil discernir los valores de un candidato en una entrevista corta, pero es tu responsabilidad tratar de recabar esa información. 

Crea preguntas para la entrevista centradas en los valores. 

Pensando en el valor de “Trabajo en equipo”, deberás redactar preguntas que indaguen en las experiencias reales de equipo, que te lleven a observar cómo funciona el candidato en este aspecto concreto, por ejemplo: 

    ¿Puedes hablarme de tu mejor experiencia liderando o trabajando en un equipo?  

    Háblame de una situación en la que hayas tratado con diferencias entre los miembros del equipo. ¿Cómo manejaste la situación? 

Hay cientos de posibles preguntas que podrías hacer en la entrevista, pero sólo tendrás tiempo para unas cuantas, así que aprende a ser selectivo con las que elijas. ¿Qué preguntas podrían darte un perfil más detallado de tu candidato como persona? 

Tener múltiples entrevistas. 

Siempre que sea posible, realiza un proceso de selección para los mejores candidatos, teniendo en cuenta los perfiles de diferentes personas de tu equipo, preferiblemente después de que la primera entrevista haya sido contigo. Compara a tus mejores 7 u 8 candidatos y reduce la lista a 2 o 3 de ellos. Luego selecciona a alguien de tu equipo de dirección para que se entreviste de manera individual con los candidatos. Dile al entrevistador que se centre en la personalidad, para así conocer al candidato en profundidad. De esta manera, tendrás un espectro más amplio, dado que las impresiones de tu equipo sobre los candidatos serán muy diferentes a las tuyas. 

Evalúa en el momento. 

Toma notas y evalúa a tu candidato durante (o inmediatamente después) de la entrevista. Aquí está el porqué: digamos que tu primer candidato no destaca fuera de lo normal y pasas a la siguiente entrevista sin escribir tu evaluación. El segundo solicitante llega diez minutos tarde y durante toda la entrevista está distraído, moviendo el teléfono y sin prestarte toda su atención. Esta persona hace que la primera persona sea una mejor opción. De esta forma obtienes el perfil de un candidato promedio, pero lo estás mirando a través de un objetivo desenfocado. De esta manera se terminan cometiendo errores de contratación. Tómate el tiempo para evaluar a los candidatos in situ.  

Si quieres un equipo que se preocupe, que esté comprometido con tu empresa y que trabaje en equipo para alcanzar un objetivo cueste lo que cueste, debes ser un líder que fomente y apoye una fuerte cultura empresarial. Eso incluye realizar un proceso de contratación de personal basado en los valores de empresa. 

¿Cómo has integrado la cultura de tu empresa a la hora de contratar personal? Nos encantaría verlo en la sección de comentarios. 

Involúcrese en su equipo

En Ágora Coaching, involucrarte en tu proyecto y no únicamente trabajar en él, no solo es el símbolo del cambio de pensamiento que hay que tener para poder crear una empresa que realmente funcione, sino que es un cambio de perspectiva que tiene todo que ver con reconocer que el propósito de tu vida no es servir diligentemente a tu empresa. El propósito de tu empresa es servir a tu vida. 

Este mes, estamos dedicando una serie de blogs a esta idea para ayudarte a entender este poderoso cambio de paradigma a fin de transformar tu empresa y tu vida. El blog de hoy es una introducción, o una reintroducción, a la idea en sí misma. 

Entonces, ¿por qué es tan importante que cambies tu forma de pensar para construir una empresa que funcione? volvamos al mito empresarial. 

La mayoría de las empresas, son iniciadas por lo que llamamos «técnicos», personas que crean un lugar de trabajo para ellos mismos, y hacen la pésima suposición de que entender el trabajo técnico de su empresa, significa que serán capaces de construir con éxito una empresa que haga dicho trabajo técnico. 

No solo es la causa principal de la tasa de fracaso de las empresas (la mitad de todas las empresas nunca llegan a su quinto aniversario), sino que deja a los supervivientes en modo de subsistencia. Muchos simplemente aguantan, mientras que otros pierden definitivamente su pasión. 

Aquí hay algunos ejemplos de lo que estamos comentando: 

Si eres un diseñador gráfico, puedes tener la habilidad técnica para producir una magnífica comunicación visual a través de la tipografía, la fotografía y la ilustración, pero eso no significa que entiendas lo que se necesita para construir una empresa de diseño gráfico, que pueda ofrecer un servicio de calidad a sus clientes de manera permanente. 

Si eres electricista, puede que seas técnicamente competente para cablear un edificio del tamaño de la Torre Agbar en Barcelona, pero no significa que sepas nada sobre la construcción de los procesos de marketing, finanzas, gestión, generación de clientes potenciales, conversión de clientes potenciales, satisfacción del cliente o liderazgo, que toda empresa de contratación eléctrica necesita. 

Si eres un agente de inmobiliario, puedes ser sobresaliente en la representación de clientes que buscan comprar o vender una casa o una propiedad, pero no significa que estés preparado para crear una empresa que alcance el éxito. 

Si te apasiona la parte técnica del trabajo, es decir, no solo te gusta el producto o el servicio que ofreces, sino que eres realmente bueno en lo que haces y, desde el día en que empezaste tu proyecto has estado confiando en tu capacidad personal para hacer las cosas, nadie lo hará mejor que tú.  

Pero…esto no es suficiente. Solo podrás llegar hasta cierto punto. Es decir, no puedes evitar sentir el peso de todo lo que necesita una empresa para la que no estás preparado. Tratar de mantenerse al tanto de todo puede ser abrumador. Puedes pasar mucho tiempo trabajando sin sentir que estás llegando a ninguna parte. Es un trágico gasto de tiempo y esfuerzo innecesario. 

Y no tiene por qué ser así. 

Involucrarte en tu proyecto, no únicamente trabajar en él, es la forma en que un verdadero empresario piensa. Para el empresario, la empresa funciona sin él. Para el técnico, la empresa funciona gracias a él. 

Para el empresario, la empresa es el producto. Para el técnico, la empresa es un lugar al que ir a trabajar todos los días. 

Imagina tu empresa como un prototipo para abrir 5.000 sucursales. ¿Qué significaría para tu empresa si tuvieras que enfrentarte al hecho de que no puedes estar en 5.000 lugares a la vez? ¿Cómo tendría que funcionar tu empresa si no tuviera que depender de ti para producir resultados? 

Para responder a estas preguntas, tendrías que empezar a pensar de forma diferente. Tendrías que empezar a imaginar tu empresa como algo totalmente separado de ti. Tendrías que pensar en tu estrategia, no solo en las tácticas. Tendrías que imaginar cómo funcionaría tu empresa y no solo dedicarte a trabajar en ella. Tendrías que imaginar cómo se vería y funcionaría cada proceso, para proporcionarle a tu cliente la experiencia deseada. Tendrías que pensar en el tipo de personas que necesitarías y la dinámica de empresa que tendrías que crear, para reunir a todos en torno a tu visión. Tendrías que imaginar cada sistema que tu equipo necesitaría, para crear de forma eficiente, una experiencia excepcional para el cliente. 

De eso se trata involucrarte en tu empresa, no únicamente trabajar en ella. Crear una empresa que funcione de manera consistente, rentable y autosuficiente es un trabajo duro y muy gratificante. Es el tipo de trabajo que te pondrá a prueba y te mostrará de lo que realmente eres capaz. Es un trabajo que puede hacer posible que, con el tiempo, te rodees de las personas adecuadas, un equipo que puede ofrecer una experiencia excepcional al cliente con el apoyo de tus propios sistemas y procesos. 

Una vez que tu empresa no dependa de ti para hacer cosas como generar clientes potenciales, convertirlos en ventas, entregar tu producto o servicio, administrar tu dinero, impulsar el crecimiento, hacer un seguimiento de tus métricas, desarrollar al equipo, tratar a tus clientes de forma adecuada, innovar para mantenerse al día con las cambiantes preferencias de los clientes y la competencia, o incluso liderarlo, si así lo deseas, estarás bien encaminado hacia la libertad.  

La libertad de participar en tu empresa de manera satisfactoria. Libertad para generar los ingresos necesarios para disfrutar de la vida por la que has trabajado tan duro. Libertad para dejarlo cuando estés listo, confiando en que está en buenas manos o libertad para venderla a un precio superior. 

¿No es eso lo que realmente deseabas cuando decidiste formar una empresa por ti mismo? 

Liderar tu empresa en época de COVID-19

El Coronavirus se convirtió en un tema principal a tratar en cada una de nuestras llamadas de Coaching, y, a cada día que pasaba, comenzó a consumir más y más tiempo. Las conversaciones sobre si debíamos prepararnos o no, rápidamente se convirtieron en: «ya hemos perdido un trabajo» y «vamos a cerrar nuestras puertas hasta nuevo aviso». Los empresarios con los que trabajábamos se vieron obligados a responder de manera diferente dependiendo de su industria y de dónde se encontraban. Es en estos momentos de incertidumbre cuando más tendrás que aprender a liderar tu empresa. 

A medida que entran más correos electrónicos pidiendo ayuda en estos momentos, nos damos cuenta de lo mucho que queremos abordar este tema: con los clientes actuales, los clientes pasados, los propietarios de empresas de mi comunidad y con los compañeros de coaching.

Lo primero es lo primero. Todos estamos de acuerdo en que estos tiempos son inusuales. Aunque cada uno de nosotros puede reaccionar de manera diferente y tener opiniones distintas, el hecho es que a todos se nos pide que tomemos decisiones que nunca imaginamos tener que tomar. No podemos predecir el éxito, tampoco podemos predecir el fracaso. Lo único que podemos predecir en las empresas (y en la vida) es lo inesperado». Y a lo que nos enfrentamos ahora es inesperado.

No tenemos el 100% de certeza de cuál es la respuesta correcta para cada uno de vosotros. Continuaremos buscando recursos y respuestas; todos somos mejores juntos que separados. También pensamos que momentos como éste, es mejor combatirlos volviendo a lo básico y no sintiendo la necesidad de cambiar completamente lo que sabemos. Somos seres humanos enfrentando un problema juntos, y para nosotros, eso es lo que más necesitamos tener presente.

Ahora es el momento de liderar tu empresa. Eres un empresario. Esa es tu función principal.

Actualmente, se está haciendo evidente lo mucho que necesitamos líderes. Estamos viendo cómo dan un paso adelante, tanto en el sector público como en el privado, haciendo lo mejor para servir a sus responsabilidades diarias y al mismo tiempo, sirviendo e impactando en comunidades aún más grandes a su alrededor. Como propietarios y directores de empresas, cada uno de vosotros tiene la oportunidad, o tal vez la responsabilidad, de servir y liderar a su gente. Esto no es de ninguna manera un intento de capitalizar los tiempos difíciles, sino más bien una oportunidad para cumplir el papel que cada uno de nosotros firmó.

Cada día pedimos a nuestros colaboradores que se preocupen por las empresas en las que trabajan tanto como nosotros. Deseamos que entiendan cuánto está en riesgo. Leemos libros, blogs e incluso contratamos coaches para averiguar cómo conseguir que nuestro equipo se preocupe tanto como nosotros. La respuesta es, y siempre ha sido, cuidar de tu gente tanto como quieres que te cuiden a ti y a tu empresa. A medida que crece la incertidumbre, es más importante que nunca ser el líder que tus colaboradores necesitan. ¿Qué significa ser el líder que necesitan mis colaboradores? Significa que todo empieza con ellos.

Simplemente haz la siguiente pregunta: «¿Hay algo que pueda hacer para apoyaros?»

Todo el mundo se verá afectado de manera diferente por los cambios que están ocurriendo. Hay individuos en nuestra comunidad que están preocupados por las comidas o el cuidado de los niños, porque las escuelas se han cerrado. Hay miembros de nuestros equipos que tienen padres ancianos, abuelos, vecinos y amigos que son pacientes de alto riesgo. Aunque no tengamos las respuestas nosotros mismos, sin duda tenemos los recursos como comunidad para servir a nuestros «miembros de la familia». Recomendamos crear una hoja de cálculo o una lista compartida en la que las personas puedan publicar de forma anónima la ayuda que necesitan, u ofrecer la ayuda que puedan dar a otros. La mayoría de nosotros realmente no esperamos, ni necesitamos nada; solo queremos tener la tranquilidad de saber que no estamos solos en esto.

Los problemas son una oportunidad: sed creativos.

Nunca hay problemas en una empresa, solo oportunidades para mejorar la forma en que hacemos las cosas. Sin duda, esta es una oportunidad para demostrar tu valía. Trabajamos con un centro de coaching que, basado en su ubicación, creyó que era mejor cerrar sus puertas. Sabiendo que toda su marca se basa en la salud y la comunidad, están ofreciendo a sus miembros clases on-line en la comodidad de sus propios hogares. Están pidiendo a tanta gente como sea posible, que asista al mismo tiempo en un esfuerzo por satisfacer nuestra necesidad de estar juntos. Otras empresas están trasladando las reuniones al ámbito digital, respetando la importancia de evitar el contacto y aprovechando todas las oportunidades de reunirse. Tanto si la creatividad se encuentra en la entrega de tus productos o en el apoyo de tus clientes, hay algo más para cada uno de vosotros.

Sé un recurso, no acumules recursos.

Solo se recibe lo que se da. Ahora no es el momento de aferrarse a lo que otros necesitan, o de capitalizar los defectos de tus competidores. Si tienes algo de valor, ¡compártelo! Nada hace más feliz a los demás, que ver a empresarios dando permiso a otros para copiar y pegar sus correos electrónicos, emular sus estrategias o pedir ayuda. Por favor, comparte todos y cada uno de los recursos personales y profesionales, tanto dentro como fuera de tu industria.

Sé conservador.

Aunque no sirve de nada entrar en pánico, sí debemos ser inteligentes. Realmente no sabemos cuánto tiempo durará la pandemia o cuánto nos afectará a cada uno. Es más importante que nunca ser conservador. No significa cancelar todos los gastos, pero sí que todos los gastos deben ser cuestionados, debido a la posibilidad real de que haya gastos innecesarios. Siempre sugerimos a nuestros clientes que mantengan una cantidad sustancial de dinero en la empresa, expresamente para momentos como este. Mientras que ciertas realidades deben ser abordadas financieramente, tener dinero extra en la tesorería de tu empresa te dará más tranquilidad.

Hacedme saber si hay algo que podamos hacer por vosotros. Estamos aquí para ayudar, aportar ideas, y si es necesario, simplemente escuchar. Si tienes algún recurso propio que crees que puede ser útil para otros empresarios, por favor compártelo en los comentarios. Todos podemos beneficiarnos del conocimiento compartido.

Aunque no lo parezca, a lo que nos enfrentamos es a otro desafío empresarial. No es de ninguna manera el primero, ni será el último. Recuerda: ¡Eres un empresario! Tu función principal es liderar tu empresa.

Delegar: la verdadera clave

Esta es la última entrega de nuestra serie de blogs «Ordena tu vida», diseñado para darte la claridad y el espacio que necesitas para hacer crecer tu empresa. Finalmente, un proceso correcto de delegación es una de las claves para la excelente gestión organizacional. 

Crear el ambiente que necesitas para ser un mejor empresario necesita de organización y estructura. Tienes que estructurar tu sistema de comunicación, tu espacio de trabajo y tu calendario, de manera que te permita escapar del trabajo técnico que se interpone en el camino para convertirte en un verdadero empresario. Una vez que lo hayas conseguido, te sentirás más libre y con un mayor enfoque en lo fundamental. Sin embargo, aún no has dejado de lado ese trabajo técnico y es en este momento cuando entra en juego un trabajar centrado en un óptimo proceso de delegación.  

Delegar es una parte esencial del viaje que finalmente te liberará de la dependencia que tiene tu empresa sobre ti. No sólo te da el tiempo y el espacio que necesitas para trabajar en tu empresa, sino que construye una relación entre tú y tu equipo, basada en la responsabilidad y la confianza mutuas. 

Cómo delegar en lugar de abdicar. 

Si nunca has delegado funciones en tu empresa, tienes que aprender a hacerlo. Para muchos, esta práctica puede resultar increíblemente difícil de implementar, simplemente por el hábito de hacerlo todo uno mismo. Pero si pretendes crear una empresa que pueda prosperar sin ti, necesitas aprender qué labor no te corresponde y cómo confiar ese trabajo a los miembros más apropiados de tu equipo.  

Hay que tener presente que delegar no significa simplemente darle una tarea a un empleado y despreocuparse. Eso se llama abdicación, y es arriesgado. Para delegar con éxito, tienes que ser responsable de asegurarte de que el empleado o el equipo que realiza la tarea tiene los recursos y habilidades necesarios para lograr los resultados correctos y, en última instancia, que se cumplan. 

Estos son los pasos básicos para delegar: 

Identifica la labor que quieres delegar 

Como empresario, tu principal función es realizar el trabajo estratégico de construcción de tu empresa. Eso te da una buena perspectiva sobre qué tareas realizar y cuáles delegar: ¿Contribuye esta tarea o función al desarrollo estratégico de tu empresa? Si la respuesta es no, es un trabajo que es preciso delegar a otra persona. Ten en cuenta que nunca debes delegar el resultado general de tu posición o las labores que te has asignado a ti mismo. 

Determina quién debe hacer el trabajo. 

Cuando se considera delegar una tarea o un resultado, es necesario pensar en términos de la función y no del individuo que vaya a desempeñar la tarea. De esa forma, evitarás la tendencia de delegar siempre en la misma persona o equipo. Hacer esto no sólo sobrecarga a los empleados de confianza, sino que también envía un mensaje a los demás empleados de que no confías en ellos. 

Cada miembro de tu equipo debe tener un Acuerdo de Posición que haga que las funciones y responsabilidades sean claras y faciliten el proceso. 

Deja la labor delegada por escrito, con una fecha límite. 

Escribe la tarea delegada con el mayor detalle y especificidad posible. Asegúrate de incluir los detalles no negociables como el resultado deseado, las normas que deben cumplirse y la fecha y hora específicas para su entrega. 

Dejar estos detalles por escrito, automáticamente asegura que el plan funcionará dentro de los términos que has establecido. Al comunicar tus expectativas, en lugar de simplemente delegar una tarea, elimina la confusión y el riesgo de que tus expectativas sean malinterpretadas. También permite a tu gente funcionar de forma más independiente, con la claridad de saber lo que se espera de ellos. 

Reúnete con la persona a quien vas a delegar. 

Una parte importante de delegar hábilmente es la comunicación en persona. Ayuda a construir la base de la responsabilidad y la confianza entre tú y tus empleados. En la reunión, no debes olvidar los siguientes puntos:  

  • Discute el objetivo del tema a delegar y cómo se relaciona con los objetivos de tu empresa o departamento. 
  • Determina la fecha de vencimiento y los estándares de calidad y comportamiento esperados.  
  • Explica por qué delegaste la tarea en particular al empleado y cómo se relaciona con sus otras responsabilidades laborales.  
  • Trata lo que podría ser difícil o desafiante. 
  • Proporciona un espacio para que el empleado haga preguntas si lo necesita. 
  • Decide cómo quieres gestionar mutuamente los registros. 

Consigue el acuerdo del empleado. 

El paso final del proceso de delegación es conseguir el acuerdo del colaborador para que sea responsable del resultado. Sin un acuerdo, no hay compromiso, y la ausencia de compromiso, probablemente, dará el resultado equivocado, si es que llega a dar algún resultado. 

Acude a la reunión con una idea clara de las razones por las que tu colaborador podría declinar tu propuesta. Tal vez se sienta demasiado agobiado con sus otras responsabilidades. Tal vez sienta que no tiene la formación precisa o la habilidad necesaria para hacer el trabajo. El acuerdo al que se llegue otorga un espacio a tus colaboradores para expresar sus preocupaciones y te da la oportunidad a ti, de ajustar el acuerdo y quizás incluso tus expectativas. 

No te desvincules. 

Recuerda, no te estás deshaciendo del trabajo técnico para no volver a oír hablar de ello. Al delegar, sigues siendo responsable del éxito del resultado de la tarea. Respeta el acuerdo que hiciste en tu reunión. Si mutuamente acordasteis, por ejemplo, una fecha límite del mediodía del viernes, no esperes hasta el mediodía del viernes para saber si está completa o no. Programa una hora de registro, como el final del miércoles, y agéndala en tu calendario. Esto se llama Gestión por Regulación, y puede marcar la diferencia para asegurar que las tareas delegadas logren los resultados previstos.  

Comunicar de qué manera el trabajo será diferente a cada paso. 

Si has trabajado junto a tu equipo y eres dueño de gran parte del trabajo técnico, el paso de delegar funciones en tu empresa puede ser un desafío, tanto para ti como para tus empleados. Necesitarás mucha fuerza de voluntad para decir no a las cosas a las que siempre has dicho que sí, incluso si fuera más fácil hacerlas tú mismo. Necesitarás crear más confianza en tu personal. Tu equipo tendrá que acostumbrarse a tu nuevo papel estratégico en la empresa. Puede que se resistan al principio, harán preguntas e incluso pueden hacer bromas sobre cómo vas a hacer algo diferente de lo que siempre has hecho.  

Da a tu plantilla una idea de cómo te imaginas que serán las operaciones comerciales en el futuro. Celebra una reunión de toda la empresa o reúnete con alguien para comunicar el cambio: cómo piensas delegar funciones en tu empresa y, después, cómo vas a gestionar las tareas que has delegado. 

Lo más importante: hazles saber que se trata de un nuevo estándar de funcionamiento que estás estableciendo, uno que te ayudará a ti y a cada uno de ellos a hacer que su trabajo sea más relevante para hacer crecer tu empresa. 

Cómo encontrar tiempo para trabajar en tu empresa

Los empresarios son de las personas más ocupadas que conozco. Nunca me sorprende cuando escucho a un posible cliente de Coaching decir que no tienen tiempo para trabajar en su empresa. Ni siquiera tienen tiempo para dedicar a su familia, para hacer ejercicio o para ser voluntarios en algo que les apasiona, así que, ¿cómo van a encontrar la hora al día que recomendamos que pasen trabajando en su empresa, para transformarla en lo que ellos quieren que sea? 

La verdad es que no es fácil, pero no por las razones que se puedan pensar. 

Encontrar tiempo no es la parte difícil. Lo que es difícil es cambiar tu perspectiva, abrir tu mente a lo que realmente está pasando con tu tiempo. 

Para empezar un nuevo año, nos gustaría compartir algunas formas de pensar sobre tu tiempo, tu empresa y tu papel en ella, para que puedas crear el espacio que necesites y usarlo para marcar una verdadera diferencia. 

Averigua cómo estás usando tu tiempo. 

Antes de hacer cualquier otra cosa, antes de hacer una sola lista o empezar a llenar tu calendario con citas y reuniones, primero tienes que entender lo que está pasando con tu tiempo. Es el precursor para encontrar el espacio y trabajar en tu proyecto adecuadamente. Tienes que estudiar cómo trabajas y qué haces con cada hora de cada día. Este estudio es la única manera de reconocer los malos hábitos que has desarrollado a lo largo del tiempo y obtener una visión completa de lo que está consumiendo tu tiempo, con el objetivo de aplicar los cambios intencionales necesarios. 

En nuestro «Programa de Entrenamiento», hemos desarrollado una herramienta llamada «Registro de Tiempo Diario», pero también podrías usar un rastreador de tiempo online gratuito como TogglNuestro «Registro de tiempo diario» te ayudará a registrar cada actividad de tu día (incluidas esas frustrantes interrupciones), cuándo y durante cuánto tiempo realizas cada actividad, la categoría y el tipo de trabajo. De los dos tipos principales de trabajo, la mayoría de los propietarios de empresas se dedican a actividades estratégicas y tácticas. 

Por ejemplo, tal vez te reúnas con Marcos, tu director financiero durante 25 minutos por la mañana para discutir el presupuesto y el pronóstico para el próximo año que se incluye en el trabajo estratégico. Posteriormente pasas los siguientes 35 minutos revisando las cuentas por pagar y aprobando los gastos, lo cual es un trabajo táctico. ¿Puedes ver la diferencia? 

Registra al minuto el tiempo que dedicas a tu trabajo. 

Después de dos semanas de seguimiento detallado, verás que las tendencias y patrones emergen tanto en tus actividades como en tus tipos de trabajo. ¿Cuánto trabajo estratégico estás realizando? ¿Cuánto trabajo táctico? ¿A qué hora del día eres capaz de ser más productivo con tu trabajo estratégico? ¿Con qué frecuencia tienes interrupciones o te distraes para completar otra tarea? Estudia esas interrupciones, y considera lo que sugieren acerca de tu sistema de funcionamiento empresarial. 

Hacer conexiones como esta, te permitirá comenzar el proceso de ser más capaz de valorar cómo estás usando tu valioso tiempo

Abraza el trabajo estratégico de tu empresa. 

La verdad es que la mayoría de los empresarios son técnicos por naturaleza. Sienten una mayor sensación de recompensa cuando son productivos, trabajando en la empresa y tachando tareas de sus listas. Y el trabajo estratégico -pensar y desarrollar estrategias que guíen la dirección de su empresa- puede ser frustrante para la persona con orientación técnica. En el peor de los casos puede parecer una pérdida de tiempo, y en el mejor, un lujo. 

Pero tienes que cambiar esta mentalidad. Necesitas creer que sentarte y pensar   sobre la estrategia de la empresa, es en realidad un trabajo increíblemente valioso. De hecho, forma parte de tu trabajo como propietario. 

Detenerse a pensar de manera diferente en tu empresa requiere un cambio de perspectiva. Para romper la mentalidad con que creaste tu empresa, debes aceptar que hacer el trabajo estratégico tiene una gran recompensa. Porque si no te tomas el tiempo para pensar más allá del día a día, a fin de crear la estructura que tu empresa necesita para crecer, nada cambiará nunca. 

Trabajar con tu empresa durante las horas de trabajo. 

Cuando hablamos de cambio de perspectiva, me encuentro con otro obstáculo común en el Coaching de clientes: el desarrollo de empresas es algo que se hace, aparte del resto del trabajo, en las horas de descanso. Esta idea errónea puede desenfocarte, incluso antes de que empieces. 

Trabajar en tu empresa no es extracurricular. 

No es algo que hagas el fin de semana o por la noche después de que tus hijos estén en la cama. Eso sólo significaría que ocupas el tiempo libre de tu vida en tu empresa, y eso es exactamente lo que estamos tratando de evitar. Deberás crear el espacio necesario en tu agenda diaria para hacer esa labor, porque como propietario de la empresa, ese es tu verdadero trabajo. 

Crear sistemas para tu vida. 

En Ágora Coaching, crear sistemas para tu empresa es una gran parte de lo que hacemos. Los propietarios vienen a nosotros buscando sistemas que les den control sobre todas las partes críticas de sus empresas, para producir orden a partir del caos, crear consistencia y previsibilidad que aumenten el valor de la empresa. Y sí, los sistemas hacen todo esto y pueden, en última instancia, ayudar a crear una empresa que te permita tener la vida con la que sueñas. Pero para transformar verdaderamente tu empresa, también necesitas sistemas en tu vida. 

En mi experiencia trabajando con emprearios, he aprendido no sólo cuánto impactan las empresas en sus vida, sino cómo la vida puede impactar en las empresas. Imagínate lo siguiente: Cada mañana luchas para que tus hijos vayan a la escuela, lo que crea un efecto dominó. Como resultado, llegas a la carretera diez minutos más tarde de lo que quieres; diez minutos clave que significan que el tráfico esté congestionado, por lo que llegas tarde al trabajo. Llegas tarde a tu primera reunión, lo que hace que la siguiente se retrase. El resto del día lo pasarás intentado coger el ritmo, y todo por un pequeño retraso al preparar a tus hijos para ir al colegio. 

Tal vez no necesitas imaginarlo. 

Para ayudarte a trabajar en ti mismo como líder, trabaja en tu vida. Pregúntate qué está pasando que está impactando negativamente en tu capacidad de estar presente y consciente para llevar a cabo el trabajo estratégico. Posteriormente desarrolla una rutina que te lleve de un estado mental reactivo, a uno proactivo. 

Desglosar los grandes proyectos. 

Si te dices a ti mismo: «Esta semana voy a rediseñar nuestra estructura organizativa», te vas a ahogar rápidamente en todas las preguntas y consideraciones que se generan con un proyecto tan inmenso, y probablemente prefieras centrarte en tratar las necesidades tácticas y técnicas. Para completar con éxito cualquier proyecto de desarrollo empresarial, necesitas descomponer tu proyecto en pequeñas partes. 

Pregúntate a ti mismo: ¿Cuáles son los pasos necesarios para llevar a cabo este proyecto? Tal vez existan cinco o tal vez más. Independientemente del tamaño del proyecto, puedes completarlo dividiéndolo en segmentos manejables que puedas empezar a encajar en tu día laboral. 

Establece y administra tus prioridades diarias. 

Después de que hayas dividido tus proyectos en pequeñas partes, añádelas en tu agenda como prioridades diarias. La mayoría de las personas sobreestiman lo que pueden lograr en un día. Cargan su lista de tareas con todo lo que les gustaría hacer, y no diferencian entre lo que realmente necesita hacerse y lo que puede esperar hasta mañana o la próxima semana. 

En nuestro «Programa de Coaching», usamos una herramienta llamada «Priorizador Diario». Es una plantilla que te ayuda a gestionar un día de trabajo típico para maximizar tu productividad y reservar tu hora de desarrollo empresarial. Te permite tener en consideración lo que has aprendido acerca de cómo pasas tu día (tiempos más productivos, períodos creativos o tus distracciones) y construir una rutina diaria más intencional, una que limite tu enfoque a no más de cinco actividades esenciales y realistas. 

Sea cual sea la herramienta que uses, lo importante es diseñar intencionalmente tu día y elegir un método de planificación que funcione para ti. Para muchos, es un simple calendario. Parece obvio, lo sé, pero es sorprendente la frecuencia con la que se ignora un simple calendario como herramienta para mantenerte focalizado. Después de determinar tus prioridades diarias, asegúrate de programarlas en el calendario, así sabrás que has creado el espacio para llevarlas a cabo. 

Planifica tu día con anterioridad. 

Si tu día no está fijado antes de empezar, no hay posibilidad de que encuentres el espacio necesario para trabajar en las prioridades estratégicas. Todo empresario se acuesta la noche anterior con grandes intenciones, pero si no tienes planificado el día siguiente, inevitablemente caerás en la trampa. Y, antes de que te des cuenta, será la hora de terminar tu jornada laboral y te preguntarás dónde  fue a parar tu tiempo. 

Por lo expuesto, antes de que empiece el día, planifica tu agenda. No lo conviertas en la primera tarea del día. Un correo electrónico, un cliente o un incendio, exigirán tu atención inmediata y tus prioridades quedarán relegadas a un segundo plano. Siéntate al final de cada día, la noche anterior, o por la mañana, antes de llegar a la oficina, y pon las tareas prioritarias en tu agenda. 

Tienes que estar listo y dispuesto a lidiar con las distracciones. 

Rara vez tendrás un día que salga exactamente como lo planificaste. Inevitablemente algún imprevisto va a surgir y tendrás que reorganizar tu agenda. Está bien. En lugar de permitir que las interrupciones lo colapsen todo, tómate un momento para revisar tu agenda y cambiar tus prioridades, pero no permitas que las cosas se salgan de tu calendario. Gestiona ese bloque de tiempo y muévelo físicamente a otro momento en el que puedas hacerlo. De esa manera, seguirás generando espacio para realizar tu trabajo estratégico, aunque no sea exactamente en el momento en que lo planificaste. 

Si deseas aprender más sobre cómo puedes obtener ayuda y orientación en la manera de crear más espacio para trabajar en tu empresa, inscríbete en una sesión de Coaching gratuita y dedica 60 minutos a hablar con un asesor de Coaching de Ágora sobre tu empresa y sus necesidades. 

¡Estaremos encantados de escucharte!

Seis lecciones empresariales de grandes líderes

Pocos emprendedores comienzan como empresarios. Al igual que la creación de una empresa, convertirse en un gran empresario es un proceso lleno de crecimiento, tanto personal como profesional. Y la verdad es que nadie puede hacerlo solo. Todos necesitamos orientación, tutoría e inspiración. Así que aquí encontrarás seis lecciones de grandes líderes que ayudarán a cualquiera en su camino para convertirse en un verdadero empresario y crear un proyecto sostenible, rentable y próspero. 

  1. Construir sistemas para crear un éxito duradero.

    «Todo lo que se mide y se observa, mejora». 

Bob Parsons, fundador de GoDaddy  

Como orgulloso veterano de la Marina de los Estados Unidos y gran empresario, no es sorprendente que Bob Parsons sea un fanático de los sistemas. Sin tener sistemas inteligentes para medir y gestionar todo lo importante en la empresa, nunca podría haber crecido y vendido su primera compañía por 64 millones de dólares, o haber pasado a dirigir sus 13 compañías actualmente en activo. Para construir una empresa que opere de manera autosuficiente, que produzca resultados consistentes y predecibles, es necesario comprender la forma en que lo hace. En otras palabras, necesitas sistemas que sirvan a tu gente, a tus objetivos estratégicos y a ti mismo como propietario. Tener este nivel de estructura prepara tu empresa para el crecimiento y te da el espacio necesario para perfeccionar tus habilidades empresariales. 

  1. Crear una cultura de poder.

La cultura es profunda y sutil. La base es el apoyo y desarrollo del verdadero talento y el mayor potencial de tus colaboradores. David Hassell, otro gran empresario, cree tan profundamente en el poder de la transparencia, la autenticidad y la vulnerabilidad, para elevar la cultura de una empresa y aumentar el compromiso de los colaboradores, que inició su propia empresa para defender estas ideas.  

Como CEO de 15Five, sigue contribuyendo activamente a la misión de la compañía de ayudar a alcanzar su máximo potencial a través del crecimiento de los colaboradores. Sabe que la creación de una cultura de empresa próspera y de alto rendimiento, en la que cada colaborador esté comprometido con la visión de la empresa y desee realmente dar lo mejor de sí mismo, depende de la promoción del desarrollo individual. Los colaboradores necesitan sentir que se invierte en ellos si van a invertir significativamente en la empresa. Y nosotros, en Ágora Coaching, estamos completamente de acuerdo.   

  1. Centrarse en la autenticidad por encima de la perfección.

El liderazgo entendido como una lista de cualidades cuidadosamente definidas (estratégicas, analíticas y orientadas al rendimiento), ya no se sostiene. En cambio, el verdadero liderazgo se deriva de la individualidad que se expresa con honestidad y a veces de manera imperfecta. Los líderes deben luchar por la autenticidad por encima de la perfección. 

Ser tu auténtico yo es fundamental para alcanzar el éxito profesional según el enfoque de Sheryl Sandberg, (COO de Facebook y fundadora de LeanIn.org) hacia el éxito profesional. Alienta la comunicación honesta, que promueve la eficacia en el trabajo. La falta de honestidad para protegerse a sí mismo o a los demás, como explica en LeanIn, puede llevar al resentimiento, a conflictos no resueltos y a la retención de colaboradores no aptos cultural o profesionalmente. Por otro lado, si eres auténtico en todas las situaciones, tomas las decisiones impulsadas por tus valores es muy probable que consigas tus objetivos.

Para ser un verdadero y gran líder e inspirar a los que te rodean a hacer lo mismo, un empresario debe trabajar desde un lugar de autenticidad. Solo así podrás descubrir realmente quién eres como empresario, hacia dónde te diriges y cómo llegarás hasta allí. 

  1. Usa tu tiempo para trabajar en las cosas correctas.

    Pensamos, erróneamente, que el éxito es el resultado de la cantidad de tiempo que dedicamos al trabajo, en lugar de la calidad del tiempo que dedicamos. 

En su libro «Thrive: The Third Metric to Redefining Success and Creating a Life of Well-Being, Wisdom, and Wonder», Arianna Huffington define el bienestar como una métrica de importancia clave para el éxito. Y el bienestar puede perderse si se trabaja demasiado. Con demasiada frecuencia, equiparamos el estar ocupado, incluso abrumado, con el ser productivo y tener éxito. La verdad es que la productividad proviene de un uso inteligente (en lugar de un uso excesivo) del tiempo. 

Para el empresario, dedicar demasiado tiempo al trabajo equivocado, puede ser contraproducente. Puede pasar mucho tiempo trabajando (tiempo que se le quita a la vida, a la salud o a la familia) y sentir que no está llegando a ninguna parte. Si consideras tu empresa como tu producto, es mejor que dediques tu tiempo a trabajar en él, en lugar de ahogarte en las operaciones cotidianas. Cuanto más practiques esto, más productivo te sentirás en el esfuerzo que pongas en tu empresa y más tiempo tendrás para todo lo demás. 

  1. Libérate del trabajo técnico.

¿Qué puedo hacer para que esto suceda en el futuro sin que yo o alguno de los otros directores, tengamos que involucrarnos? 

Cuando Paul Beatty co-fundó Showcase Creative, ni él ni sus socios tenían ninguna experiencia en la dirección de una empresa. Conocían bien el lado técnico de la impresión, pero las principales funciones empresariales como las finanzas, el marketing o la producción, tendrían que aprenderlas sobre la marcha al crear la empresa. 

Esta es una historia familiar para muchos empresarios. Pero estos tres directores se diferenciaban de muchos nuevos empresarios por su manera de ver todas esas áreas empresariales. Àlex explica este enfoque en Ágora Coaching: «A medida que trabajábamos y nuestros roles se desarrollaban, tuvimos en cuenta que estábamos creando roles para que alguien más se incorporara en el futuro». Como muchos empresarios, Alex y sus socios hacían todo en la empresa, pero siempre con la intención de delegar en algún momento. Para pasar de ser propietario de una empresa a empresario, necesitas tener el espacio para definir exactamente cómo quieres trabajar dentro del empresa. Tal vez te gustaría estar muy involucrado, o tal vez te gustaría liderar desde fuera. Pero antes de que puedas dar ese salto, necesitas definir tu estructura organizacional y construir los sistemas que te permitan alejarte poco a poco de los roles técnicos.  

  1. Debes crecer tú mismo, no solo tu empresa.

Una verdadera oportunidad de una empresa es la que un empresario inventa para crecer. Ese es el trabajo del empresario. 

Para el técnico, sea o no consciente de ello, su empresa es una oportunidad para tener un trabajo en lo que le gusta. Un empresario, por otro lado, ve su empresa como una oportunidad para crear algo que «capte la atención y la imaginación» de sus clientes, colaboradores e inversores. Como explica Michael en Awakening the Entrepreneur Within (Despertando al empresario interior): «La pasión del empresario no es dirigir una empresa de éxito, sino inventar una empresa excepcional». 

Así que el empresario es, en esencia, un inventor. Y la pasión empresarial no es comprar una empresa que venda un producto exitoso, sino crear una empresa que sea un producto exitoso y trabajar y hacerla crecer, no solo por el éxito, sino por el crecimiento de uno mismo. Esta relación con tu empresa puede ser innata o aprendida, pero, de cualquier manera, tienes que cultivarla. 

Cada viaje empresarial es diferente, y cada líder tiene una lección (o lecciones) diferentes que le han ayudado a lo largo del camino. ¿Cuál es la tuya? Cuéntanoslo dejando un comentario a continuación. 

Contratación de personal: valores y cultura

¿Quieres encontrar gente genial para tu empresa? Céntrate en crear un proceso para contratar personal, basado en los valores, una buena dinámica y una potente cultura empresarial. 

Cuando nuestros clientes empiezan a hacer coaching empresarial, no es raro escuchar: «Solo quiero una cosa: que me ayudes a contratar a los mejores empleados» Si fuera tan fácil, todas las empresas estarían llenas de equipos de alto rendimiento. 

Como empresario, sabes que este proceso no es sencillo. Encontrar y contratar a grandes empleados es un trabajo arduo, tal vez incluso la parte más difícil de todas. Reclutar y entrevistar puede ser agotador, y cometer un error de contratación es uno de los mayores gastos en los que puede incurrir tu empresa. Los gastos asociados con disponer del tiempo para entrevistar, contratar y preparar a la gente a tu manera, es decir, a la manera de tu empresa, son enormes. Tener en plantilla a un empleado que no rinde, puede ser desesperante. 

Por lo tanto, no debería sorprenderte que encontrar y retener a las personas adecuadas, sea una frustración para la mayoría de los propietarios de empresas. No es algo fácil, pero puedes mejorar tus posibilidades haciendo un simple, pero importante ajuste: Deja de contratar únicamente en base a las habilidades, y empieza a contratar en base a la cultura de empresa. Los siguientes consejos te ayudarán en tu proceso de contratación de personal: 

Determina tus valores.

Todo en tu empresa está conectado a los valores de tu compañía. La forma en que diriges a tu gente, tu estrategia de marketing, tus productos o tus valores, están presentes en todos los aspectos de tu organización. Nadie hará el trabajo de definirlos excepto tú. 

En el Programa de Àgora Coaching, primero identificamos tus valores principales personales, los que representas más que cualquier otra cosa. Tal vez conozcas muy bien los tuyos, de lo contrario, nuestro potente proceso para definirlos y refinarlos puede ayudarte mucho.  

Digamos que identificas la comunidad como un valor de suma importancia. Pregúntate: ¿Esto es algo que quiero aplicar a mi empresa? Lo más probable es que la respuesta sea «sí», porque tu empresa es un reflejo de ti. 

Posteriormente toma este valor, comunidad,  y tradúcelo en un valor para la empresa. La comunidad es primordial para la forma en que vives tu vida, y quieres que tu empresa lo refleje. Puede manifestarse de muchas maneras: A través de los beneficios que ofreces a los empleados, a través de actividades semanales de grupo no relacionadas con el trabajo, o a través de la filantropía en tu pueblo o ciudad. Cuando quieres que uno de tus valores personales se muestre en la forma de hacer de tu empresa, se convierte en un valor principal. 

Apunta por lo menos, entre tres y cinco de estos valores. Para conseguirlo, comienza por crear una lista personal y define cuáles se pueden traducir directamente en valores para tu empresa. No todos lo harán, pero algunos deben hacerlo, o no estarás creando una empresa que te represente. Si ninguno puede aplicarse a la empresa, revisa que esos valores personales sean realmente provechosos para ti. 

Piensa en la dinámica y cultura que quieres que tenga tu empresa. 

Muchos empresarios no entienden realmente qué es la cultura de empresa, cómo se relaciona con sus valores y por qué es tan importante. Si no puedes definir la cultura, no puedes construirla. Peor aún, tu empresa podría crecer con una cultura errónea, basada en la suposición de que tus empleados entienden y comparten tus valores. 

En resumen, la cultura de la compañía se refiere a cómo se comporta la gente dentro de tu empresa, y esto proviene de las creencias compartidas entre tu personal y tú. Con objeto de contratar a las personas adecuadas, debes saber a quién estás buscando, y debe ser alguien que tenga las habilidades necesarias para el puesto y que comparta los valores de la empresa. Esto es lo que hace que un candidato encaje bien culturalmente. 

Por ejemplo, digamos que eres empresario de un restaurante donde cada miembro del equipo es responsable de una parte diferente de la preparación de producto. El trabajo en equipo es fundamental para que la producción fluya. Tu nuevo chef de ensaladas no trabaja en dicha cadena. Es hábil en la preparación de alimentos, pero tiene problemas para comunicar los cambios a sus compañeros y se toma descansos sin avisar a nadie, en consecuencia, todos los demás tienen que esforzarse por cubrir su trabajo. 

Esto no es un problema del resto de empleados, es un problema surgido en el proceso de contratación. La entrevista claramente no prestó suficiente atención a cómo el nuevo chef de ensaladas encajaría en el grupo. Pasar por alto ese importante valor en el proceso de contratación, comprometió la cultura existente en tu empresa. 

Para construir un gran equipo y contratar al personal correcto, cuya forma de trabajar sea consistente con tus valores, necesitas una visión de la cultura de la compañía que deseas, y construirla en tu proceso de reclutamiento y contratación. 

Aquí s’acabaria un post, i començaria l’altre.

Identificar el perfil del candidato ideal. 

Elegir un candidato basado en su experiencia, educación y habilidades parece lógico, pero es un enfoque un tanto equivocado. 

Hay que considerar no sólo las habilidades y la experiencia de un candidato, sino también sus cualidades personales, los rasgos que la gente aporta a cualquier trabajo, como la persistencia, la motivación o una fuerte ética de trabajo. Estas son características fundamentales que generalmente no se pueden inculcar. 

En el Programa Àgora Coaching, utilizamos la herramienta «Perfil del Candidato Ideal» para ayudar a nuestros clientes a crear un bosquejo claro y equilibrado de los candidatos que tendrán más probabilidades de éxito, tanto en la empresa como en el puesto. 

El perfil para cada puesto debe incluir: 

Habilidades requeridas: nivel de formación, capacitación, experiencia y habilidades específicas. 

Cualidades personales:

Si quieres contratar al personal adecuado y encontrar empleados perfectos, tienes que tener en consideración todos estos factores. Con sólo la experiencia, no tienes la certeza de que esta persona trabaje bien dentro de la cultura de tu empresa. Las cualidades personales de un candidato ayudan en la estructura cultural por la cual has trabajado duro, para desarrollarla y ponerla en marcha. Es la estructura que sabes que dará los resultados que quieres. 

Una vez que hayas creado tu perfil de candidato ideal, no te comprometas. Al comenzar el proceso de contratación, este perfil te ayudará a determinar los criterios específicos que buscas en el empleado perfecto. El que mejor se adapte será el que más casillas marque de entre todas ellas, y tu empresa se lo merece. 

Redacta la oferta de empleo perfecta. 

Con tu perfil de candidato ideal presente, tienes lo que necesitas para escribir un anuncio de trabajo que atraiga a los candidatos correctos. Así que, ¿qué debes escribir para atraer a tu candidato ideal? y ¿cuál es la mejor manera de llegar a ellos? 

Aborda la contratación de personal usando una estrategia de marketing. Si quieres contratar por razones culturales, necesitas crear un puesto de trabajo que atraiga a tus candidatos ideales, destacando los valores y la cultura de tu empresa. Si volvemos sobre el ejemplo anterior, el puesto de trabajo para el chef de ensaladas debería haber destacado la necesidad de ser autosuficiente, orientado al trabajo en equipo y responsable, con un interés genuino en la producción de alimentos de calidad. 

Cuando se expone todo de manera clara y concisa, tanto las habilidades requeridas, como las cualidades personales que se buscan, la gente que no encaja en el perfil se descartará por sí misma.

Conducir una entrevista enfocada en la personalidad. 

Antes de llegar a la etapa de la entrevista con el objetivo real de contratar personal, el trabajo es sobre ti, determinando tus valores y la cultura que quieras crear. Pero llegada la entrevista, el proceso recae sobre tu candidato y si reúne los valores de tu empresa. Sabemos que es difícil discernir los valores de un candidato en una entrevista corta, pero es tu responsabilidad tratar de recabar esa información. 

Crea preguntas para la entrevista centradas en los valores. 

Pensando en el valor de “Trabajo en equipo”, deberás redactar preguntas que indaguen en las experiencias reales de equipo, que te lleven a observar cómo funciona el candidato en este aspecto concreto, por ejemplo: 

    ¿Puedes hablarme de tu mejor experiencia liderando o trabajando en un equipo?  

    Háblame de una situación en la que hayas tratado con diferencias entre los miembros del equipo. ¿Cómo manejaste la situación? 

Hay cientos de posibles preguntas que podrías hacer en la entrevista, pero sólo tendrás tiempo para unas cuantas, así que aprende a ser selectivo con las que elijas. ¿Qué preguntas podrían darte un perfil más detallado de tu candidato como persona? 

Tener múltiples entrevistas. 

Siempre que sea posible, realiza un proceso de selección para los mejores candidatos, pasando por diferentes personas de tu equipo, preferiblemente después de que la primera entrevista haya sido contigo. Compara a tus mejores 7 u 8 candidatos y reduce la lista a 2 o 3 de ellos. Luego selecciona a alguien de tu equipo de dirección para que se entreviste de manera individual con los candidatos. Dile al entrevistador que se centre en la personalidad, para así conocer al candidato en profundidad. De esta manera, tendrás un espectro más amplio, dado que las impresiones de tu equipo sobre los candidatos serán muy diferentes a las tuyas. 

Evalúa en el momento. 

Toma notas y evalúa a tu candidato durante (o inmediatamente después) de la entrevista. Aquí está el porqué: digamos que tu primer candidato no destaca fuera de lo normal y pasas a la siguiente entrevista sin escribir tu evaluación. El segundo solicitante llega diez minutos tarde y durante toda la entrevista está distraído, moviendo el teléfono y sin prestarte toda su atención. Esta persona hace que la primera persona sea una mejor opción. Así tienes a un candidato promedio pero lo estás mirando a través de un objetivo desenfocado. De esta manera se terminan cometiendo errores de contratación. Tómate el tiempo para evaluar a los candidatos in situ.  

Si quieres un equipo que se preocupe, que esté comprometido con tu empresa y que trabaje en equipo para alcanzar un objetivo cueste lo que cueste, debes ser un líder que fomente y apoye una fuerte cultura empresarial. Eso incluye realizar un proceso de contratación de personal basado en los valores de empresa. 

¿Cómo has integrado la cultura de tu empresa a la hora de contratar personal? Nos encantaría verlo en la sección de comentarios. 

Los acuerdos de posición

¿Cómo se crea una empresa que produce resultados consistentes y positivos? Es una pregunta que todo empresario se hace, y la respuesta es simple: crear sistemas que apoyen los resultados que deseas lograr, desde la experiencia del cliente y la cultura de equipo que quieres promover, hasta el producto que vendes y tus objetivos de ingresos anuales. Los acuerdos de posición transformarán la forma de trabajar de tu equipo. 

Pero mientras que la respuesta es sencilla, el proceso requiere crear una estructura a través de todas las áreas de la empresa. ¿Cómo se consigue esto? 

Un punto de partida es empezar con un organigrama: tu estructura de gestión estratégica que incluya todos los puestos necesarios para respaldar los resultados que quieras conseguir. 

Posteriormente, necesitas asegurarte de que cada empleado que ocupa un puesto en ese organigrama sabe exactamente la labor que tiene que desempeñar. Ahí es donde entra el Acuerdo de Posición, también conocido como Descripción de Puesto de Trabajo. Define la forma en que se conecta cada posición dentro del organigrama con los resultados generales de tu empresa, ayudándote a hacer crecer la empresa con enfoque y confianza. 

Esto es lo que necesitas saber sobre los Acuerdos de posición y cómo aportan valor, tanto a tus colaboradores como a toda la organización. 

Un Acuerdo de Posición no es una mera descripción del puesto de trabajo.

Las descripciones de los puestos de trabajo son fundamentales para el proceso de contratación. Como empresario, es probable que las hayas redactado para muchas áreas de tu negocio, creando listas claras y detalladas de las habilidades requeridas para cada puesto, de modo que puedas reclutar a los mejores candidatos posibles. Una descripción del puesto es útil como herramienta externa, pero cuando se trabaja para construir un equipo orientado a los resultados, se necesita algo que se centre en los resultados de los que cada puesto es responsable y en cómo lograrlos. 

Un acuerdo de posición se diseña en torno a las declaraciones de resultados. Es una herramienta para usar dentro de tu equipo, un acuerdo entre un mando y un colaborador responsable de lograr ciertos resultados, para fomentar la colaboración enfocada en los objetivos, en lugar de asignar listas de tareas. Esta es la diferencia fundamental, y hace que los Acuerdos de Posición sean increíblemente efectivos. A medida que tu empresa crece y cambia, los resultados que deseas lograr pueden ser los mismos, mientras que los medios para lograr esos resultados pueden cambiar. 

Los Acuerdos de Posición ofrecen libertad estructurada. Al definir los resultados esperados de cada posición y los estándares necesarios para lograrlos (en lugar de simplemente asignar una lista de tareas), le estarás dando a tus colaboradores un marco y los medios para ser flexibles, innovadores y creativos en torno a la forma en que se realiza el trabajo. 

Este sutil cambio en el pensamiento tiene un profundo efecto. Siempre mantiene los resultados como una prioridad y dirige a los gerentes a crear los ambientes necesarios para que cada persona logre las expectativas deseadas en su puesto. 

Los acuerdos de posición impulsan la productividad individual.

Para mantenerse enfocados en producir resultados, tus colaboradores necesitan saber dónde encajan en la estructura de la compañía. Los Acuerdos de Posición despejan esta duda, mostrando cómo cada posición encaja en la visión de tu empresa, la estrategia organizativa y los sistemas. Si tus colaboradores pueden ver cómo su trabajo está conectado con algo mayor, tendrán una base para saber qué trabajo les corresponde hacer y a qué deben decir que no. De esta manera, cuando surge una nueva tarea, pueden preguntarse a sí mismos: 

¿Esta responsabilidad es parte de mi trabajo? 

¿Está esto conectado con lo que puedo hacer dentro de mis atribuciones? 

Saber cómo encajan las responsabilidades en el panorama general ayuda a los colaboradores a concentrarse y evitar distracciones. Y lo que es más importante, les permite gestionar su propio trabajo y su propio éxito. 

Los acuerdos de posición mejoran el trabajo en equipo.

La claridad del trabajo a nivel de los colaboradores también se irradia hacia el equipo. A menudo, en los equipos, hay superposición entre las posiciones. Los miembros del equipo pueden tener las mismas habilidades o estar preparados para desempeñar las mismas labores, pero todos (y esto es clave), podrían tener diferentes objetivos de resultados. La creación de directrices basadas en los resultados para cada puesto permite a un equipo considerar la responsabilidad individual de cada uno y le ayuda a evitar la producción de «doble trabajo» (tener a varios miembros del equipo haciendo las mismas cosas innecesariamente). Hace que todo el equipo tenga la responsabilidad de responder: 

¿Quién es realmente el responsable de este resultado? 

¿Tiene sentido que esta persona realice  esta actividad? 

Esta transparencia fomenta la colaboración, porque permite que cada colaborador pregunte y responda en conjunto. 

Los acuerdos de posición te ayudan a delegar y a mantener a los colaboradores centrados en sus funciones. 

En nuestro reciente blog, «Cómo crear una relación laboral que funcione», hablábamos de la importancia de que tú te mantengas en tu camino para hacer tú trabajo, no el de tus socios. Asimismo, se aplica lo anteriormente expuesto para tus colaboradores.  

Los Acuerdos de Posición Claros (con declaraciones claras de resultados), ayudan a tu gente a ver la dinámica de tu compañía y considerar cómo la posición de cada empleado encaja en esta. Cuando tienes trabajo que necesita ser delegado, un claro Acuerdo de Posición te permite considerar a un colaborador y preguntar: 

¿Tiene sentido darle este trabajo? 

¿Es este su papel? 

¿Se relaciona con los resultados que necesita lograr? 

¿Es necesario cambiar este puesto de trabajo para incluir esta nueva tarea?  El hecho de poder responder y designar responsabilidades basándose en estas preguntas (en lugar de en quién tiene más tiempo o ancho de banda para realizar el trabajo), mantiene la integridad de tu estructura organizativa y de los puestos, para cumplir con los objetivos de toda la empresa. 

Equipo de alto rendimiento

Nuestro reciente post sobre sistemas debería tener sus engranajes girando ya, pero para que tu negocio prospere de verdad necesitarás un equipo de alto rendimiento, ya que los sistemas mejor diseñados no bastarán por si mismos. 

Necesitas gente. Pero no cualquier persona. Necesitas un equipo de alto rendimiento. El tipo de equipo que hace que tus sistemas y tu negocio funcionen de verdad. 

Piensa en cualquier agencia gubernamental altamente estructurada, quizás demasiado burocrática, y pregúntate si considerarías que tiene un equipo de alto rendimiento. ¿No? Por supuesto que no. Eso es porque el simple hecho de colocar un grupo de personas en el mismo edificio no producirá automáticamente un equipo eficiente. Puede existir cierta claridad sobre los pasos que deben seguir en el desempeño de sus funciones, pero eso no alcanza para llegar a resultados sobresalientes. 

Es esencial crear una visión clara para que tu negocio funcione, establecer una estrategia de lo que va a ser necesario, y crear los sistemas por los que operará, pero esto no resultará suficiente. Porque no puedes ejecutarlo todo por ti mismo y si lo intentaras, nunca saldrías de la oficina. 

Cuando un equipo de alto rendimiento aprovecha tus sistemas para producir resultados notables, terminas con un negocio que puede operar de manera autosuficiente sin tu participación directa. Y un negocio que puede operar sin ti es la clave para alcanzar la libertad que deseas en tu vida. Si eres como la mayoría de los empresarios con los que trabajamos, esa libertad es una de las principales razones, si no la razón, por la que comenzaste tu negocio en primer lugar. 

Entonces, ¿cómo exactamente construyes el equipo de alto rendimiento que va a aprovechar tus sistemas para producir estos resultados excepcionales? 

Mientras las soluciones se coloquen sobre una base inestable y sin una visión real o valores claros, están destinadas a fracasar. Tu visión proporcionará a tu gente una clara imagen de lo que se propone lograr y el impacto que quiere tener. Lo que diferenciará a tu empresa de la competencia es una visión que sirva tanto a tu cliente como a su vida, respaldada por valores que definan la forma en que tu empresa de desempeña. 

Cuatro principios clave 

Aquí hay cuatro simples pero poderosos principios a tener en cuenta cuando te propongas crear un equipo de alto rendimiento: 

  1. Organiza tu negocio alrededor de funciones, no de personas.

Hay una distinción crítica entre crear puestos para que las personas los ocupen y encontrar personas que los ocupen. Las personas, y sus habilidades únicas, van y vienen. Cuando tu empresa se organiza en torno a tus empleados, dependes de sus habilidades laborales, para bien o para mal. Pero cuando se crea un organigrama en torno a los puestos de trabajo y se define el resultado específico que cada uno de ellos debe producir, se puede navegar por las transiciones de los empleados con facilidad. 

Cuando se piensa en las posiciones necesarias para tu equipo, es fundamental que empieces con tu visión, y no con el conjunto de posiciones existentes en tu organigrama. Si se necesita un resultado (como asegurar la exactitud de los registros e informes financieros) para realizar su visión, eso es una indicación de que se necesita una posición en tu organigrama. Si indentificas un trabajo que está sucediendo y que es ajeno a tu visión, también es probable que sea un desperdicio de recursos. Cada posición comienza y termina con la forma en que ayuda a dar vida a tu visión.  

  1. Los estándares establecen el listón.

Los sistemas proveen a los empleados los procesos paso a paso para hacer el trabajo requerido a fin de producir resultados. Por otro lado, los estándares de la compañía y de los puestos específicos crean claridad sobre la forma en que se realiza el trabajo. Los estándares aseguran que el trabajo se haga de acuerdo a tus valores, particularmente cuando no estás físicamente allí para manejar el resultado. Si en tu empresa «todos los empleados documentaran los procesos de su trabajo en un plan de acción», entonces cada vez que un representante del Servicio de Atención al Cliente reciba una llamada que requiera una respuesta única, anotará la pregunta y cómo se manejó para que los futuros empleados aprendan de ella. Tu empleado de soporte de IT registrará los pasos que se han dado para solucionar un problema informático de manera que permita a otras personas del equipo referirse a su flujo y posiblemente resolver su siguiente problema por sí mismos. Tu Director de Recursos Humanos se asegurará de que cada proceso de contratación siga los mismos pasos para garantizar que todos los candidatos tengan las mismas oportunidades de ser considerados para el puesto. Así que los sistemas y las normas trabajan mano a mano. Los sistemas crean resultados consistentes, y los estándares aseguran que esos resultados son consistentes con la forma en que quieres que tus clientes sean tratados. 

  1. Contratar a las personas adecuadas.

Todo propietario de un negocio sabe que las decisiones de contratación están entre las más importantes, consecuentes y desafiantes que se pueden tomar. También están entre las más dolorosas y costosas cuando se pierde el objetivo. Establecer una manera de hacerlo en la contratación y el reclutamiento debería aumentar tus posibilidades de encontrar a las personas adecuadas y tener un impacto significativo en tu negocio. La ventaja vendrá de la claridad que aportes a lo que es en su núcleo. ¿Por qué existe tu negocio? ¿Cuál es la visión que has creado para el lugar al que va? ¿Cuáles son tus valores compartidos? Cuando se busca crear un equipo que represente la diversidad de pensamiento y que también se reúna en torno a tu visión y valores, se termina con los ingredientes para un equipo fuerte, uno que se sirva bien a los demás, a sus clientes y al negocio. 

  1. La inversión va en ambos sentidos.

Todo propietario de un negocio quiere tener empleados que se comprometan con el propósito de la empresa, y que también vean tu negocio como un vehículo para su propio crecimiento y para lograr el impacto que quieren tener en el mundo. Pero esperar una inversión sostenida de tu equipo sin hacer una inversión en ellos es como un granjero que no planta semillas y mira fijamente al suelo esperando que lleguen las cosechas. La inversión en tus empleados es para conocer realmente lo que les importa, y luego mostrarles cómo sus acciones están sirviendo a ese propósito, o no. ¿De qué quieren que se trate su trabajo y su vida? ¿Qué impacto están tratando de tener? Reflexiona sobre los momentos en los que su trabajo se conecta con su propósito, y proporciona orientación cuando un comportamiento o una creencia limitante se interponga en el camino. 

Convertirse en un verdadero empresario significa diseñar y construir tu negocio de manera que pueda crecer para funcionar y prosperar sin ti. Tu equipo de alto rendimiento es la garantía de que tu negocio funcione de la manera que quieres, y continuará produciendo resultados sobresalientes que reflejen tu visión mucho después de que estés fuera del panorama cotidiano. La mayoría de los propietarios de empresas consideran que la creación de ese equipo es un proceso complejo que requiere no sólo tiempo y dedicación, sino también la voluntad de aprender, crecer y corregir el rumbo a lo largo del camino. Pero dejar que sus empleados sientan su inversión en ellos y al mismo tiempo proporcionar estándares que aseguren una forma consistente de hacerlo aquí hará que la creación de su equipo de alto rendimiento sea uno de los trabajos más gratificantes que jamás haya hecho.