David P.F. Empresario del sector transporte y logística.
Girona.
Decidimos junto con mis socios contratar un Coach, porque nuestra empresa se enfrentó a una situación crítica y complicada de crecimiento y nos dimos cuenta que nuestra estructura, organización y nuestra dedicación hacían imposible abordar los nuevos desafíos para el crecimiento futuro de la empresa. Todos hacíamos de todo y ni siquiera nos comunicábamos correctamente.
David se dio cuenta de que hacía lo mismo una y otra vez y suponía erróneamente que si lo hacía más rápido y más intensamente, tendría más éxito. Pero finalmente se dio cuenta de que simplemente no podía seguir el ritmo. No podía seguir trabajando más y más horas solo para obtener el mismo resultado. Su salud y su estabilidad emocional estaban en juego.
Junto con su coach empresarial, Àlex, David construyó los sistemas que su personal necesitaba para poder dejar de apagar fuegos todos los días. Documentó su enfoque y convirtió su forma personal de hacer las cosas en sistemas que su equipo podía ejecutar con precisión y con autonomía. Esto le permitió asentar y consolidar su empresa y detuvo el ciclo de gestión por urgencia. Aprendió a comunicar su visión a sus colaboradores para que pudieran alinearse en torno a la misión: hacer las cosas a su manera.
A través de su trabajo con Àgora Coaching, David clarificó la visión de su empresa y aprendió cómo comunicarla a su equipo de forma inspiradora. Su misión única:
“Nos movemos para ti ”, representa los valores centrales con los que David creó su empresa y al mismo tiempo, son dos valores compartidos alrededor de los cuales, pudo cohesionarse todo el equipo.
David sabía que no quería seguir apagando fuegos todos los días. De modo que rompió el círculo vicioso construyendo y poniendo en marcha sistemas y procesos para obtener los resultados que quería lograr, haciendo las cosas como él deseaba que se hiciesen.
Pregúntele a David qué es lo mejor de su empresa, y le contestará que son sus colaboradores. Trabajan en su empresa unidos e inspirados por una visión que da sentido a su día a día y se quedan porque el proyecto les encanta y motiva. La cultura empresarial que construyo David es un claro reflejo de sus valores en acción.
Hoy, David tiene una empresa que ha crecido más del 125%, sin su permanente presencia para dirigirla. Y ya está construyendo otra nueva con uno de sus socios. Dispone de todo el tiempo que quiere para disfrutar de las cosas que ama en la vida: escalar montañas, hacer yoga y pasar tiempo con sus amigos y familia. Además, él y su esposa, Carla, disponen del tiempo y del dinero necesarios para hacer prosperar a la ONG que crearon para formar e inspirar a los jóvenes hacia la filantropía y el espíritu empresarial. Para intentar dejar el mundo un poco mejor de como lo encontraron al llegar.