Liderar tu empresa en época de COVID-19

El Coronavirus se convirtió en un tema principal a tratar en cada una de nuestras llamadas de Coaching, y, a cada día que pasaba, comenzó a consumir más y más tiempo. Las conversaciones sobre si debíamos prepararnos o no, rápidamente se convirtieron en: «ya hemos perdido un trabajo» y «vamos a cerrar nuestras puertas hasta nuevo aviso». Los empresarios con los que trabajábamos se vieron obligados a responder de manera diferente dependiendo de su industria y de dónde se encontraban. Es en estos momentos de incertidumbre cuando más tendrás que aprender a liderar tu empresa. 

A medida que entran más correos electrónicos pidiendo ayuda en estos momentos, nos damos cuenta de lo mucho que queremos abordar este tema: con los clientes actuales, los clientes pasados, los propietarios de empresas de mi comunidad y con los compañeros de coaching.

Lo primero es lo primero. Todos estamos de acuerdo en que estos tiempos son inusuales. Aunque cada uno de nosotros puede reaccionar de manera diferente y tener opiniones distintas, el hecho es que a todos se nos pide que tomemos decisiones que nunca imaginamos tener que tomar. No podemos predecir el éxito, tampoco podemos predecir el fracaso. Lo único que podemos predecir en las empresas (y en la vida) es lo inesperado». Y a lo que nos enfrentamos ahora es inesperado.

No tenemos el 100% de certeza de cuál es la respuesta correcta para cada uno de vosotros. Continuaremos buscando recursos y respuestas; todos somos mejores juntos que separados. También pensamos que momentos como éste, es mejor combatirlos volviendo a lo básico y no sintiendo la necesidad de cambiar completamente lo que sabemos. Somos seres humanos enfrentando un problema juntos, y para nosotros, eso es lo que más necesitamos tener presente.

Ahora es el momento de liderar tu empresa. Eres un empresario. Esa es tu función principal.

Actualmente, se está haciendo evidente lo mucho que necesitamos líderes. Estamos viendo cómo dan un paso adelante, tanto en el sector público como en el privado, haciendo lo mejor para servir a sus responsabilidades diarias y al mismo tiempo, sirviendo e impactando en comunidades aún más grandes a su alrededor. Como propietarios y directores de empresas, cada uno de vosotros tiene la oportunidad, o tal vez la responsabilidad, de servir y liderar a su gente. Esto no es de ninguna manera un intento de capitalizar los tiempos difíciles, sino más bien una oportunidad para cumplir el papel que cada uno de nosotros firmó.

Cada día pedimos a nuestros colaboradores que se preocupen por las empresas en las que trabajan tanto como nosotros. Deseamos que entiendan cuánto está en riesgo. Leemos libros, blogs e incluso contratamos coaches para averiguar cómo conseguir que nuestro equipo se preocupe tanto como nosotros. La respuesta es, y siempre ha sido, cuidar de tu gente tanto como quieres que te cuiden a ti y a tu empresa. A medida que crece la incertidumbre, es más importante que nunca ser el líder que tus colaboradores necesitan. ¿Qué significa ser el líder que necesitan mis colaboradores? Significa que todo empieza con ellos.

Simplemente haz la siguiente pregunta: «¿Hay algo que pueda hacer para apoyaros?»

Todo el mundo se verá afectado de manera diferente por los cambios que están ocurriendo. Hay individuos en nuestra comunidad que están preocupados por las comidas o el cuidado de los niños, porque las escuelas se han cerrado. Hay miembros de nuestros equipos que tienen padres ancianos, abuelos, vecinos y amigos que son pacientes de alto riesgo. Aunque no tengamos las respuestas nosotros mismos, sin duda tenemos los recursos como comunidad para servir a nuestros «miembros de la familia». Recomendamos crear una hoja de cálculo o una lista compartida en la que las personas puedan publicar de forma anónima la ayuda que necesitan, u ofrecer la ayuda que puedan dar a otros. La mayoría de nosotros realmente no esperamos, ni necesitamos nada; solo queremos tener la tranquilidad de saber que no estamos solos en esto.

Los problemas son una oportunidad: sed creativos.

Nunca hay problemas en una empresa, solo oportunidades para mejorar la forma en que hacemos las cosas. Sin duda, esta es una oportunidad para demostrar tu valía. Trabajamos con un centro de coaching que, basado en su ubicación, creyó que era mejor cerrar sus puertas. Sabiendo que toda su marca se basa en la salud y la comunidad, están ofreciendo a sus miembros clases on-line en la comodidad de sus propios hogares. Están pidiendo a tanta gente como sea posible, que asista al mismo tiempo en un esfuerzo por satisfacer nuestra necesidad de estar juntos. Otras empresas están trasladando las reuniones al ámbito digital, respetando la importancia de evitar el contacto y aprovechando todas las oportunidades de reunirse. Tanto si la creatividad se encuentra en la entrega de tus productos o en el apoyo de tus clientes, hay algo más para cada uno de vosotros.

Sé un recurso, no acumules recursos.

Solo se recibe lo que se da. Ahora no es el momento de aferrarse a lo que otros necesitan, o de capitalizar los defectos de tus competidores. Si tienes algo de valor, ¡compártelo! Nada hace más feliz a los demás, que ver a empresarios dando permiso a otros para copiar y pegar sus correos electrónicos, emular sus estrategias o pedir ayuda. Por favor, comparte todos y cada uno de los recursos personales y profesionales, tanto dentro como fuera de tu industria.

Sé conservador.

Aunque no sirve de nada entrar en pánico, sí debemos ser inteligentes. Realmente no sabemos cuánto tiempo durará la pandemia o cuánto nos afectará a cada uno. Es más importante que nunca ser conservador. No significa cancelar todos los gastos, pero sí que todos los gastos deben ser cuestionados, debido a la posibilidad real de que haya gastos innecesarios. Siempre sugerimos a nuestros clientes que mantengan una cantidad sustancial de dinero en la empresa, expresamente para momentos como este. Mientras que ciertas realidades deben ser abordadas financieramente, tener dinero extra en la tesorería de tu empresa te dará más tranquilidad.

Hacedme saber si hay algo que podamos hacer por vosotros. Estamos aquí para ayudar, aportar ideas, y si es necesario, simplemente escuchar. Si tienes algún recurso propio que crees que puede ser útil para otros empresarios, por favor compártelo en los comentarios. Todos podemos beneficiarnos del conocimiento compartido.

Aunque no lo parezca, a lo que nos enfrentamos es a otro desafío empresarial. No es de ninguna manera el primero, ni será el último. Recuerda: ¡Eres un empresario! Tu función principal es liderar tu empresa.

Delegar: la verdadera clave

Esta es la última entrega de nuestra serie de blogs «Ordena tu vida», diseñado para darte la claridad y el espacio que necesitas para hacer crecer tu empresa. Finalmente, un proceso correcto de delegación es una de las claves para la excelente gestión organizacional. 

Crear el ambiente que necesitas para ser un mejor empresario necesita de organización y estructura. Tienes que estructurar tu sistema de comunicación, tu espacio de trabajo y tu calendario, de manera que te permita escapar del trabajo técnico que se interpone en el camino para convertirte en un verdadero empresario. Una vez que lo hayas conseguido, te sentirás más libre y con un mayor enfoque en lo fundamental. Sin embargo, aún no has dejado de lado ese trabajo técnico y es en este momento cuando entra en juego un trabajar centrado en un óptimo proceso de delegación.  

Delegar es una parte esencial del viaje que finalmente te liberará de la dependencia que tiene tu empresa sobre ti. No sólo te da el tiempo y el espacio que necesitas para trabajar en tu empresa, sino que construye una relación entre tú y tu equipo, basada en la responsabilidad y la confianza mutuas. 

Cómo delegar en lugar de abdicar. 

Si nunca has delegado funciones en tu empresa, tienes que aprender a hacerlo. Para muchos, esta práctica puede resultar increíblemente difícil de implementar, simplemente por el hábito de hacerlo todo uno mismo. Pero si pretendes crear una empresa que pueda prosperar sin ti, necesitas aprender qué labor no te corresponde y cómo confiar ese trabajo a los miembros más apropiados de tu equipo.  

Hay que tener presente que delegar no significa simplemente darle una tarea a un empleado y despreocuparse. Eso se llama abdicación, y es arriesgado. Para delegar con éxito, tienes que ser responsable de asegurarte de que el empleado o el equipo que realiza la tarea tiene los recursos y habilidades necesarios para lograr los resultados correctos y, en última instancia, que se cumplan. 

Estos son los pasos básicos para delegar: 

Identifica la labor que quieres delegar 

Como empresario, tu principal función es realizar el trabajo estratégico de construcción de tu empresa. Eso te da una buena perspectiva sobre qué tareas realizar y cuáles delegar: ¿Contribuye esta tarea o función al desarrollo estratégico de tu empresa? Si la respuesta es no, es un trabajo que es preciso delegar a otra persona. Ten en cuenta que nunca debes delegar el resultado general de tu posición o las labores que te has asignado a ti mismo. 

Determina quién debe hacer el trabajo. 

Cuando se considera delegar una tarea o un resultado, es necesario pensar en términos de la función y no del individuo que vaya a desempeñar la tarea. De esa forma, evitarás la tendencia de delegar siempre en la misma persona o equipo. Hacer esto no sólo sobrecarga a los empleados de confianza, sino que también envía un mensaje a los demás empleados de que no confías en ellos. 

Cada miembro de tu equipo debe tener un Acuerdo de Posición que haga que las funciones y responsabilidades sean claras y faciliten el proceso. 

Deja la labor delegada por escrito, con una fecha límite. 

Escribe la tarea delegada con el mayor detalle y especificidad posible. Asegúrate de incluir los detalles no negociables como el resultado deseado, las normas que deben cumplirse y la fecha y hora específicas para su entrega. 

Dejar estos detalles por escrito, automáticamente asegura que el plan funcionará dentro de los términos que has establecido. Al comunicar tus expectativas, en lugar de simplemente delegar una tarea, elimina la confusión y el riesgo de que tus expectativas sean malinterpretadas. También permite a tu gente funcionar de forma más independiente, con la claridad de saber lo que se espera de ellos. 

Reúnete con la persona a quien vas a delegar. 

Una parte importante de delegar hábilmente es la comunicación en persona. Ayuda a construir la base de la responsabilidad y la confianza entre tú y tus empleados. En la reunión, no debes olvidar los siguientes puntos:  

  • Discute el objetivo del tema a delegar y cómo se relaciona con los objetivos de tu empresa o departamento. 
  • Determina la fecha de vencimiento y los estándares de calidad y comportamiento esperados.  
  • Explica por qué delegaste la tarea en particular al empleado y cómo se relaciona con sus otras responsabilidades laborales.  
  • Trata lo que podría ser difícil o desafiante. 
  • Proporciona un espacio para que el empleado haga preguntas si lo necesita. 
  • Decide cómo quieres gestionar mutuamente los registros. 

Consigue el acuerdo del empleado. 

El paso final del proceso de delegación es conseguir el acuerdo del colaborador para que sea responsable del resultado. Sin un acuerdo, no hay compromiso, y la ausencia de compromiso, probablemente, dará el resultado equivocado, si es que llega a dar algún resultado. 

Acude a la reunión con una idea clara de las razones por las que tu colaborador podría declinar tu propuesta. Tal vez se sienta demasiado agobiado con sus otras responsabilidades. Tal vez sienta que no tiene la formación precisa o la habilidad necesaria para hacer el trabajo. El acuerdo al que se llegue otorga un espacio a tus colaboradores para expresar sus preocupaciones y te da la oportunidad a ti, de ajustar el acuerdo y quizás incluso tus expectativas. 

No te desvincules. 

Recuerda, no te estás deshaciendo del trabajo técnico para no volver a oír hablar de ello. Al delegar, sigues siendo responsable del éxito del resultado de la tarea. Respeta el acuerdo que hiciste en tu reunión. Si mutuamente acordasteis, por ejemplo, una fecha límite del mediodía del viernes, no esperes hasta el mediodía del viernes para saber si está completa o no. Programa una hora de registro, como el final del miércoles, y agéndala en tu calendario. Esto se llama Gestión por Regulación, y puede marcar la diferencia para asegurar que las tareas delegadas logren los resultados previstos.  

Comunicar de qué manera el trabajo será diferente a cada paso. 

Si has trabajado junto a tu equipo y eres dueño de gran parte del trabajo técnico, el paso de delegar funciones en tu empresa puede ser un desafío, tanto para ti como para tus empleados. Necesitarás mucha fuerza de voluntad para decir no a las cosas a las que siempre has dicho que sí, incluso si fuera más fácil hacerlas tú mismo. Necesitarás crear más confianza en tu personal. Tu equipo tendrá que acostumbrarse a tu nuevo papel estratégico en la empresa. Puede que se resistan al principio, harán preguntas e incluso pueden hacer bromas sobre cómo vas a hacer algo diferente de lo que siempre has hecho.  

Da a tu plantilla una idea de cómo te imaginas que serán las operaciones comerciales en el futuro. Celebra una reunión de toda la empresa o reúnete con alguien para comunicar el cambio: cómo piensas delegar funciones en tu empresa y, después, cómo vas a gestionar las tareas que has delegado. 

Lo más importante: hazles saber que se trata de un nuevo estándar de funcionamiento que estás estableciendo, uno que te ayudará a ti y a cada uno de ellos a hacer que su trabajo sea más relevante para hacer crecer tu empresa. 

Cómo encontrar tiempo para trabajar en tu empresa

Los empresarios son de las personas más ocupadas que conozco. Nunca me sorprende cuando escucho a un posible cliente de Coaching decir que no tienen tiempo para trabajar en su empresa. Ni siquiera tienen tiempo para dedicar a su familia, para hacer ejercicio o para ser voluntarios en algo que les apasiona, así que, ¿cómo van a encontrar la hora al día que recomendamos que pasen trabajando en su empresa, para transformarla en lo que ellos quieren que sea? 

La verdad es que no es fácil, pero no por las razones que se puedan pensar. 

Encontrar tiempo no es la parte difícil. Lo que es difícil es cambiar tu perspectiva, abrir tu mente a lo que realmente está pasando con tu tiempo. 

Para empezar un nuevo año, nos gustaría compartir algunas formas de pensar sobre tu tiempo, tu empresa y tu papel en ella, para que puedas crear el espacio que necesites y usarlo para marcar una verdadera diferencia. 

Averigua cómo estás usando tu tiempo. 

Antes de hacer cualquier otra cosa, antes de hacer una sola lista o empezar a llenar tu calendario con citas y reuniones, primero tienes que entender lo que está pasando con tu tiempo. Es el precursor para encontrar el espacio y trabajar en tu proyecto adecuadamente. Tienes que estudiar cómo trabajas y qué haces con cada hora de cada día. Este estudio es la única manera de reconocer los malos hábitos que has desarrollado a lo largo del tiempo y obtener una visión completa de lo que está consumiendo tu tiempo, con el objetivo de aplicar los cambios intencionales necesarios. 

En nuestro «Programa de Entrenamiento», hemos desarrollado una herramienta llamada «Registro de Tiempo Diario», pero también podrías usar un rastreador de tiempo online gratuito como TogglNuestro «Registro de tiempo diario» te ayudará a registrar cada actividad de tu día (incluidas esas frustrantes interrupciones), cuándo y durante cuánto tiempo realizas cada actividad, la categoría y el tipo de trabajo. De los dos tipos principales de trabajo, la mayoría de los propietarios de empresas se dedican a actividades estratégicas y tácticas. 

Por ejemplo, tal vez te reúnas con Marcos, tu director financiero durante 25 minutos por la mañana para discutir el presupuesto y el pronóstico para el próximo año que se incluye en el trabajo estratégico. Posteriormente pasas los siguientes 35 minutos revisando las cuentas por pagar y aprobando los gastos, lo cual es un trabajo táctico. ¿Puedes ver la diferencia? 

Registra al minuto el tiempo que dedicas a tu trabajo. 

Después de dos semanas de seguimiento detallado, verás que las tendencias y patrones emergen tanto en tus actividades como en tus tipos de trabajo. ¿Cuánto trabajo estratégico estás realizando? ¿Cuánto trabajo táctico? ¿A qué hora del día eres capaz de ser más productivo con tu trabajo estratégico? ¿Con qué frecuencia tienes interrupciones o te distraes para completar otra tarea? Estudia esas interrupciones, y considera lo que sugieren acerca de tu sistema de funcionamiento empresarial. 

Hacer conexiones como esta, te permitirá comenzar el proceso de ser más capaz de valorar cómo estás usando tu valioso tiempo

Abraza el trabajo estratégico de tu empresa. 

La verdad es que la mayoría de los empresarios son técnicos por naturaleza. Sienten una mayor sensación de recompensa cuando son productivos, trabajando en la empresa y tachando tareas de sus listas. Y el trabajo estratégico -pensar y desarrollar estrategias que guíen la dirección de su empresa- puede ser frustrante para la persona con orientación técnica. En el peor de los casos puede parecer una pérdida de tiempo, y en el mejor, un lujo. 

Pero tienes que cambiar esta mentalidad. Necesitas creer que sentarte y pensar   sobre la estrategia de la empresa, es en realidad un trabajo increíblemente valioso. De hecho, forma parte de tu trabajo como propietario. 

Detenerse a pensar de manera diferente en tu empresa requiere un cambio de perspectiva. Para romper la mentalidad con que creaste tu empresa, debes aceptar que hacer el trabajo estratégico tiene una gran recompensa. Porque si no te tomas el tiempo para pensar más allá del día a día, a fin de crear la estructura que tu empresa necesita para crecer, nada cambiará nunca. 

Trabajar con tu empresa durante las horas de trabajo. 

Cuando hablamos de cambio de perspectiva, me encuentro con otro obstáculo común en el Coaching de clientes: el desarrollo de empresas es algo que se hace, aparte del resto del trabajo, en las horas de descanso. Esta idea errónea puede desenfocarte, incluso antes de que empieces. 

Trabajar en tu empresa no es extracurricular. 

No es algo que hagas el fin de semana o por la noche después de que tus hijos estén en la cama. Eso sólo significaría que ocupas el tiempo libre de tu vida en tu empresa, y eso es exactamente lo que estamos tratando de evitar. Deberás crear el espacio necesario en tu agenda diaria para hacer esa labor, porque como propietario de la empresa, ese es tu verdadero trabajo. 

Crear sistemas para tu vida. 

En Ágora Coaching, crear sistemas para tu empresa es una gran parte de lo que hacemos. Los propietarios vienen a nosotros buscando sistemas que les den control sobre todas las partes críticas de sus empresas, para producir orden a partir del caos, crear consistencia y previsibilidad que aumenten el valor de la empresa. Y sí, los sistemas hacen todo esto y pueden, en última instancia, ayudar a crear una empresa que te permita tener la vida con la que sueñas. Pero para transformar verdaderamente tu empresa, también necesitas sistemas en tu vida. 

En mi experiencia trabajando con emprearios, he aprendido no sólo cuánto impactan las empresas en sus vida, sino cómo la vida puede impactar en las empresas. Imagínate lo siguiente: Cada mañana luchas para que tus hijos vayan a la escuela, lo que crea un efecto dominó. Como resultado, llegas a la carretera diez minutos más tarde de lo que quieres; diez minutos clave que significan que el tráfico esté congestionado, por lo que llegas tarde al trabajo. Llegas tarde a tu primera reunión, lo que hace que la siguiente se retrase. El resto del día lo pasarás intentado coger el ritmo, y todo por un pequeño retraso al preparar a tus hijos para ir al colegio. 

Tal vez no necesitas imaginarlo. 

Para ayudarte a trabajar en ti mismo como líder, trabaja en tu vida. Pregúntate qué está pasando que está impactando negativamente en tu capacidad de estar presente y consciente para llevar a cabo el trabajo estratégico. Posteriormente desarrolla una rutina que te lleve de un estado mental reactivo, a uno proactivo. 

Desglosar los grandes proyectos. 

Si te dices a ti mismo: «Esta semana voy a rediseñar nuestra estructura organizativa», te vas a ahogar rápidamente en todas las preguntas y consideraciones que se generan con un proyecto tan inmenso, y probablemente prefieras centrarte en tratar las necesidades tácticas y técnicas. Para completar con éxito cualquier proyecto de desarrollo empresarial, necesitas descomponer tu proyecto en pequeñas partes. 

Pregúntate a ti mismo: ¿Cuáles son los pasos necesarios para llevar a cabo este proyecto? Tal vez existan cinco o tal vez más. Independientemente del tamaño del proyecto, puedes completarlo dividiéndolo en segmentos manejables que puedas empezar a encajar en tu día laboral. 

Establece y administra tus prioridades diarias. 

Después de que hayas dividido tus proyectos en pequeñas partes, añádelas en tu agenda como prioridades diarias. La mayoría de las personas sobreestiman lo que pueden lograr en un día. Cargan su lista de tareas con todo lo que les gustaría hacer, y no diferencian entre lo que realmente necesita hacerse y lo que puede esperar hasta mañana o la próxima semana. 

En nuestro «Programa de Coaching», usamos una herramienta llamada «Priorizador Diario». Es una plantilla que te ayuda a gestionar un día de trabajo típico para maximizar tu productividad y reservar tu hora de desarrollo empresarial. Te permite tener en consideración lo que has aprendido acerca de cómo pasas tu día (tiempos más productivos, períodos creativos o tus distracciones) y construir una rutina diaria más intencional, una que limite tu enfoque a no más de cinco actividades esenciales y realistas. 

Sea cual sea la herramienta que uses, lo importante es diseñar intencionalmente tu día y elegir un método de planificación que funcione para ti. Para muchos, es un simple calendario. Parece obvio, lo sé, pero es sorprendente la frecuencia con la que se ignora un simple calendario como herramienta para mantenerte focalizado. Después de determinar tus prioridades diarias, asegúrate de programarlas en el calendario, así sabrás que has creado el espacio para llevarlas a cabo. 

Planifica tu día con anterioridad. 

Si tu día no está fijado antes de empezar, no hay posibilidad de que encuentres el espacio necesario para trabajar en las prioridades estratégicas. Todo empresario se acuesta la noche anterior con grandes intenciones, pero si no tienes planificado el día siguiente, inevitablemente caerás en la trampa. Y, antes de que te des cuenta, será la hora de terminar tu jornada laboral y te preguntarás dónde  fue a parar tu tiempo. 

Por lo expuesto, antes de que empiece el día, planifica tu agenda. No lo conviertas en la primera tarea del día. Un correo electrónico, un cliente o un incendio, exigirán tu atención inmediata y tus prioridades quedarán relegadas a un segundo plano. Siéntate al final de cada día, la noche anterior, o por la mañana, antes de llegar a la oficina, y pon las tareas prioritarias en tu agenda. 

Tienes que estar listo y dispuesto a lidiar con las distracciones. 

Rara vez tendrás un día que salga exactamente como lo planificaste. Inevitablemente algún imprevisto va a surgir y tendrás que reorganizar tu agenda. Está bien. En lugar de permitir que las interrupciones lo colapsen todo, tómate un momento para revisar tu agenda y cambiar tus prioridades, pero no permitas que las cosas se salgan de tu calendario. Gestiona ese bloque de tiempo y muévelo físicamente a otro momento en el que puedas hacerlo. De esa manera, seguirás generando espacio para realizar tu trabajo estratégico, aunque no sea exactamente en el momento en que lo planificaste. 

Si deseas aprender más sobre cómo puedes obtener ayuda y orientación en la manera de crear más espacio para trabajar en tu empresa, inscríbete en una sesión de Coaching gratuita y dedica 60 minutos a hablar con un asesor de Coaching de Ágora sobre tu empresa y sus necesidades. 

¡Estaremos encantados de escucharte!

Seis lecciones empresariales de grandes líderes

Pocos emprendedores comienzan como empresarios. Al igual que la creación de una empresa, convertirse en un gran empresario es un proceso lleno de crecimiento, tanto personal como profesional. Y la verdad es que nadie puede hacerlo solo. Todos necesitamos orientación, tutoría e inspiración. Así que aquí encontrarás seis lecciones de grandes líderes que ayudarán a cualquiera en su camino para convertirse en un verdadero empresario y crear un proyecto sostenible, rentable y próspero. 

  1. Construir sistemas para crear un éxito duradero.

    «Todo lo que se mide y se observa, mejora». 

Bob Parsons, fundador de GoDaddy  

Como orgulloso veterano de la Marina de los Estados Unidos y gran empresario, no es sorprendente que Bob Parsons sea un fanático de los sistemas. Sin tener sistemas inteligentes para medir y gestionar todo lo importante en la empresa, nunca podría haber crecido y vendido su primera compañía por 64 millones de dólares, o haber pasado a dirigir sus 13 compañías actualmente en activo. Para construir una empresa que opere de manera autosuficiente, que produzca resultados consistentes y predecibles, es necesario comprender la forma en que lo hace. En otras palabras, necesitas sistemas que sirvan a tu gente, a tus objetivos estratégicos y a ti mismo como propietario. Tener este nivel de estructura prepara tu empresa para el crecimiento y te da el espacio necesario para perfeccionar tus habilidades empresariales. 

  1. Crear una cultura de poder.

La cultura es profunda y sutil. La base es el apoyo y desarrollo del verdadero talento y el mayor potencial de tus colaboradores. David Hassell, otro gran empresario, cree tan profundamente en el poder de la transparencia, la autenticidad y la vulnerabilidad, para elevar la cultura de una empresa y aumentar el compromiso de los colaboradores, que inició su propia empresa para defender estas ideas.  

Como CEO de 15Five, sigue contribuyendo activamente a la misión de la compañía de ayudar a alcanzar su máximo potencial a través del crecimiento de los colaboradores. Sabe que la creación de una cultura de empresa próspera y de alto rendimiento, en la que cada colaborador esté comprometido con la visión de la empresa y desee realmente dar lo mejor de sí mismo, depende de la promoción del desarrollo individual. Los colaboradores necesitan sentir que se invierte en ellos si van a invertir significativamente en la empresa. Y nosotros, en Ágora Coaching, estamos completamente de acuerdo.   

  1. Centrarse en la autenticidad por encima de la perfección.

El liderazgo entendido como una lista de cualidades cuidadosamente definidas (estratégicas, analíticas y orientadas al rendimiento), ya no se sostiene. En cambio, el verdadero liderazgo se deriva de la individualidad que se expresa con honestidad y a veces de manera imperfecta. Los líderes deben luchar por la autenticidad por encima de la perfección. 

Ser tu auténtico yo es fundamental para alcanzar el éxito profesional según el enfoque de Sheryl Sandberg, (COO de Facebook y fundadora de LeanIn.org) hacia el éxito profesional. Alienta la comunicación honesta, que promueve la eficacia en el trabajo. La falta de honestidad para protegerse a sí mismo o a los demás, como explica en LeanIn, puede llevar al resentimiento, a conflictos no resueltos y a la retención de colaboradores no aptos cultural o profesionalmente. Por otro lado, si eres auténtico en todas las situaciones, tomas las decisiones impulsadas por tus valores es muy probable que consigas tus objetivos.

Para ser un verdadero y gran líder e inspirar a los que te rodean a hacer lo mismo, un empresario debe trabajar desde un lugar de autenticidad. Solo así podrás descubrir realmente quién eres como empresario, hacia dónde te diriges y cómo llegarás hasta allí. 

  1. Usa tu tiempo para trabajar en las cosas correctas.

    Pensamos, erróneamente, que el éxito es el resultado de la cantidad de tiempo que dedicamos al trabajo, en lugar de la calidad del tiempo que dedicamos. 

En su libro «Thrive: The Third Metric to Redefining Success and Creating a Life of Well-Being, Wisdom, and Wonder», Arianna Huffington define el bienestar como una métrica de importancia clave para el éxito. Y el bienestar puede perderse si se trabaja demasiado. Con demasiada frecuencia, equiparamos el estar ocupado, incluso abrumado, con el ser productivo y tener éxito. La verdad es que la productividad proviene de un uso inteligente (en lugar de un uso excesivo) del tiempo. 

Para el empresario, dedicar demasiado tiempo al trabajo equivocado, puede ser contraproducente. Puede pasar mucho tiempo trabajando (tiempo que se le quita a la vida, a la salud o a la familia) y sentir que no está llegando a ninguna parte. Si consideras tu empresa como tu producto, es mejor que dediques tu tiempo a trabajar en él, en lugar de ahogarte en las operaciones cotidianas. Cuanto más practiques esto, más productivo te sentirás en el esfuerzo que pongas en tu empresa y más tiempo tendrás para todo lo demás. 

  1. Libérate del trabajo técnico.

¿Qué puedo hacer para que esto suceda en el futuro sin que yo o alguno de los otros directores, tengamos que involucrarnos? 

Cuando Paul Beatty co-fundó Showcase Creative, ni él ni sus socios tenían ninguna experiencia en la dirección de una empresa. Conocían bien el lado técnico de la impresión, pero las principales funciones empresariales como las finanzas, el marketing o la producción, tendrían que aprenderlas sobre la marcha al crear la empresa. 

Esta es una historia familiar para muchos empresarios. Pero estos tres directores se diferenciaban de muchos nuevos empresarios por su manera de ver todas esas áreas empresariales. Àlex explica este enfoque en Ágora Coaching: «A medida que trabajábamos y nuestros roles se desarrollaban, tuvimos en cuenta que estábamos creando roles para que alguien más se incorporara en el futuro». Como muchos empresarios, Alex y sus socios hacían todo en la empresa, pero siempre con la intención de delegar en algún momento. Para pasar de ser propietario de una empresa a empresario, necesitas tener el espacio para definir exactamente cómo quieres trabajar dentro del empresa. Tal vez te gustaría estar muy involucrado, o tal vez te gustaría liderar desde fuera. Pero antes de que puedas dar ese salto, necesitas definir tu estructura organizacional y construir los sistemas que te permitan alejarte poco a poco de los roles técnicos.  

  1. Debes crecer tú mismo, no solo tu empresa.

Una verdadera oportunidad de una empresa es la que un empresario inventa para crecer. Ese es el trabajo del empresario. 

Para el técnico, sea o no consciente de ello, su empresa es una oportunidad para tener un trabajo en lo que le gusta. Un empresario, por otro lado, ve su empresa como una oportunidad para crear algo que «capte la atención y la imaginación» de sus clientes, colaboradores e inversores. Como explica Michael en Awakening the Entrepreneur Within (Despertando al empresario interior): «La pasión del empresario no es dirigir una empresa de éxito, sino inventar una empresa excepcional». 

Así que el empresario es, en esencia, un inventor. Y la pasión empresarial no es comprar una empresa que venda un producto exitoso, sino crear una empresa que sea un producto exitoso y trabajar y hacerla crecer, no solo por el éxito, sino por el crecimiento de uno mismo. Esta relación con tu empresa puede ser innata o aprendida, pero, de cualquier manera, tienes que cultivarla. 

Cada viaje empresarial es diferente, y cada líder tiene una lección (o lecciones) diferentes que le han ayudado a lo largo del camino. ¿Cuál es la tuya? Cuéntanoslo dejando un comentario a continuación. 

Autocrítica en tu empresa

Hazte esta pregunta: ¿Solicitarías los servicios de tu empresa? Piénsalo un momento. ¿Es el tipo de trabajo que te ayudaría a acercarte a la vida que deseas? ¿Crees que tienes algún empleado que no esté ayudando con su trabajo a conseguir los objetivos, en este mismo momento? ¿Piensas que has creado una buena dinámica de empresa?

Es una de nuestras preguntas favoritas que planteamos a los propietarios de empresas, cuando hacemos presentaciones y talleres. No porque garantice alguna que otra risa incómoda, sino porque elimina todas las quejas acerca de la imposibilidad de encontrar buenos empleados. Si ni si quiera tú quieres trabajar en tu negocio, ¿por qué debería hacerlo cualquier otra persona?

Aquí está la ironía. No es un problema el hecho de que la dinámica de tu empresa no sea atractiva. El problema es negar la evidencia. Te aseguramos que, si reúnes a tu personal y les hablas sinceramente, diciendo que sabes a ciencia cierta que no es maravilloso trabajar en la empresa en estos momentos, que no sabes cómo solucionarlo de un día para otro, pero que te comprometes a cambiarlo lo antes posible, verás caras de alivio y fidelizarás a tus empleados. En ese momento habrás dado el primer paso para convertirte en un verdadero líder.

Este cambio no se hará realidad de la noche a la mañana. Te llevará algunos años llegar a la meta, pero hay algunas cosas sencillas que puedes hacer para empezar a lograrlo.

La dinámica de empresa es el contexto, no el contenido. No es lo que vendes, sino la manera y el por qué lo vendes. Es el único diferenciador real que tienes.

Aquí hay cinco herramientas a nuestra disposición. Cómo mantenemos el pulso de nuestra dinámica de empresa, desde los anuncios importantes, hasta las tareas más sencillas. Nuestro enfoque puede no funcionar para tu negocio, pero hay algunos principios generales que pueden ayudarte a diseñar uno que te sea funcional.

Se consistente con los eventos importantes: Haremos dos reuniones con todo el personal a la semana. Cada martes, una reunión rápida de 20 minutos antes del almuerzo, con el fin de comentar novedades importantes y algún tiempo para preguntas. Y por otro lado, un jueves 360. En esta reunión cualquiera en la compañía podrá añadir a la agenda temas que quiera tratar. Estas reuniones aseguran que no haya brechas entre las diferentes áreas de nuestro equipo.

Si es posible, ser un solo equipo: Tenemos una serie de proyectos en marcha, pero los abordamos como un solo equipo. Tener un sistema de gestión de tareas conciso y adaptable, es fundamental. Asana ha sido un gran éxito, pues nos permite colaborar en una amplia gama de tareas y reducir el uso del correo electrónico, dándole a nuestro equipo de gestión la visibilidad necesaria a nivel de micro-comunicación, algo que se produce en toda la organización.

La colaboración da permiso: Escribimos un blog en Google Docs. Antes de publicarlo, fue compartido por tres personas diferentes que ofrecieron un feedback de calidad. Durante estos años, he aprendido la importancia de hacer ver que las personas no son perfectas. Todos cometemos errores y hay que ser autocrítico.

La conversación toma muchas formas: Somos una empresa de servicios, así que nuestro equipo está comunicado todo el tiempo. Siempre estamos hablando, aunque quizás este no sea el caso de tu empresa. Con independencia de esto, aprovecha las diferentes herramientas que existen. Mucho de lo que llevamos a cabo es a través de Google Hangouts. No obstante, el viejo GoToMeeting sigue siendo un elemento básico, y Skype es una buena solución para la comunicación internacional.

Haz espacio a tus ideas: Tenemos muchas personalidades diferentes en nuestra empresa. Ya sean empleados o contratistas, in situ o a distancia, todos ellos se encuentran con cosas que les interesan. Cada uno, a su manera, se apasiona por lo que hacemos. Hemos encontrado una herramienta llamada Honey que crea un espacio para que la gente comparta lo que desee. No se trata de un intercambio personal, nada de videos de gatos haciendo monadas o los resultados del gimnasio, sino que se comparte lo que les ha impactado dentro del marco laboral.

La creación de una dinámica de empresa brillante no se producirá ipso facto. Si realmente esto es lo que deseas, tienes que aceptar que llevará su tiempo. Como todo lo que vale la pena llevar a cabo, sucede desde dentro hacia afuera. Pero existen grandes herramientas y formas de crear una estructura en la que todo el mundo se exprese. De esta manera, empezarás a tener una nueva dinámica entorno a tu marca, no en relación a los clientes, sino en relación a tu equipo y al trabajo diario. Tus clientes, al fin y al cabo, se beneficiarán de ello.

Alcanzar tus objetivos de empresa

Puedes lograr cada uno de tus objetivos de negocio, lo fundamental es saber crear un plan sólido. Para ello te proponemos nuestro «Plan anual 2021».

Cuando se acerca el fin de año es inevitable pensar en el futuro, ¿qué sucederá el próximo año? En esos momentos imaginamos lo que nos gustaría que fuera diferente. Pero la única manera de asegurarse de no volver a cometer los mismos errores, es pensar en el presente como en una inversión a futuro. Llevar a cabo un plan de negocio conciso y concreto para lograr los objetivos marcados.

Cualesquiera que sean tus sueños para tu negocio en el 2022: aumentar las ventas, mejorar la retención de clientes o crear un equipo de alto rendimiento (por mencionar algunos de los más habituales), puedes hacerlos realidad. Sólo tienes que aprender a transformar tus sueños en metas definidas y a priorizar tu camino para alcanzarlas. Nuestra guía: «Tu Plan Anual 2022» puede ayudarte.

En esta guía encontrarás:

  • Herramientas para ayudarte a identificar y a priorizar tus objetivos para el 2022.
  • Un esquema para establecer medidas prácticas que te ayuden a lograr esos objetivos.
  • Consejos para asegurar que tu negocio se adapte a los cambios inesperados.

Resuelve tus frustraciones empresariales

Construye los sistemas que necesites para resolver tus frustraciones empresariales y transformarlas   en soluciones con Àgora Coaching.

Tómate un minuto para pensar en todo aquello que te frustra en tu empresa: empleados que no cumplen con sus expectativas, ventas que fluctúan de un mes a otro o procesos que no funcionan; todo esto requiere que tú lo soluciones, por lo que acabas trabajando más de 60 horas a la semana sin una clara perspectiva de mejora.

¿Algo de esto te resulta familiar? Si es así, no estás solo. La mayoría de los empresarios experimentan estas (y muchas otras) frustraciones en su empresa. La buena noticia es que la solución es muy clara: Identificar la causa subyacente de la frustración y desarrollar un sistema adecuado para resolverla. Nuestra guía: «Seis pasos para transformar las frustraciones en soluciones», puede serte de ayuda. Aprenderás a pensar de forma diferente sobre cada desafío empresarial específico y a crear un plan para solucionarlo.

En esta guía, descubrirás cómo hacerlo:

  • Identificarás las tres formas en que nos relacionamos con las frustraciones y cómo traducir cada una de ellas en una oportunidad de mejora.
  • Identificarás, clasificarás y encontrarás la causa subyacente de cada uno de tus principales desafíos.
  • Aprenderás a diseñar e implementar una solución de sistema

Rasgos del líder dialogante

Si tuviera que elegir una capacidad que sintetice cómo es un directivo que sabe liderar a las personas a través de conversaciones, podría mencionar los rasgos característicos del que podríamos denominar el Directivo Dialogante. Éste es un directivo que a través de la maestría en el dominio del proceso de comunicación y sus competencias asociadas, es capaz de conquistar el entusiasmo de su equipo. En otras palabras, sus interacciones son de largo alcance porque inspiran a hacer las cosas mejor y también a ser mejor profesional. Ayuda y contribuye a llevar a los directivos de su equipo a dar lo mejor de sí mismos, en plazos de tiempo relativamente breves.

Así se puede identificar al Líder Dialogante en base a sus habilidades.

* Conoce bien a las personas con las que trabaja y les tiene aprecio.

  • Dedica tiempo a conversar con las personas de su equipo, tanto en contextos formales, como en contextos informales.
  • No improvisa las conversaciones importantes, las prepara. Es empático y capta el estado de ánimo de su interlocutor.
  • Tiene más preguntas que respuestas y, en sus conversaciones, pasa más tiempo escuchando que hablando. Deja que los demás terminen de hablar para tomar la palabra.
  • Es prudente en sus afirmaciones y no tiene siempre una respuesta para todo. Sabe decir «no lo sé».
  • Pide opinión a su equipo antes de decidir y la tiene en cuenta.
  • Escucha con los cinco sentidos y, mientras tanto, no hace multitarea (escribir e-mails, mirar la pantalla…), incluso cuando habla por teléfono.
  • No se pronuncia inmediatamente ante cualquier controversia.
  • No toma decisiones importantes «en caliente». Se da un tiempo razonable para reflexionar, pero luego decide con firmeza.
  • Es flexible y cede. No pretende salirse con la suya, sino más bien «salirse con la nuestra».
  • Habla con franqueza, mirando a los ojos.
  • Pide feedback a su equipo sobre cómo puede mejorar. Y lo pone en práctica.
  • Sabe manejarse en el terreno de las discrepancias profesionales, sin convertirlas en personales.
  • Asume los errores y trata de aprender de ellos.
  • No habla mal de nadie nunca, ni siquiera en sus propias reflexiones.
  • Cuando le toca pronunciarse sobre otra persona, lo hace con respeto y ecuanimidad, sin dejarse llevar por antipatías.
  • No saca el hacha para «cortar por lo sano» cuando tiene un conflicto con alguien de su equipo, sino que trata de resolverlo.
  • Sabe pedir disculpas y aceptarlas.
  • Acepta el reto de trabajar con personas que tienen una personalidad distinta y que, de modo espontáneo, no simpatizan con la suya.
  • Confía en los demás y delega. No decide sobre temas que deberían decidir sus colaboradores.
  • Cuando se le «escala» un conflicto entre dos personas de su equipo, no se erige en juez para decidir la solución, sino que les ayuda a que la encuentren ellos mismos.
  • Tiende puentes entre posturas enfrentadas. Se centra en lo que une, no en lo que separa.
  • Comparte la información y comunica las decisiones.
  • Dice siempre la verdad. Y si no debe decirla, permanece en silencio.
  • Está presente, sale del despacho y se interesa por el trabajo de las personas de su equipo.
  • Cuando corrige lo hace sin humillar y su tono anima a la otra persona a mejorar.
  • Es receptivo ante propuestas de mejora o ante nuevas maneras de hacer las cosas. Se siente cómodo con la discrepancia.
  • Responde a los e-mails en los que las personas de su equipo le plantean dudas o consultas. Evita el «silencio administrativo».
  • Esta disponible. Responde a las llamadas telefónicas, mensajes y emails de forma rápida y diligente, considerando y respetando a las personas que desean comunicarse con él.
  • Afronta las conversaciones difíciles cara a cara, en vez de eludirlas enviando e-mails.

En pocas palabras, el Líder dialogante, en su trabajo de dirigir a personas, logra crecer haciendo crecer a las personas de su equipo, tanto profesional como personalmente.

Detente un momento y reflexiona:

¿Qué rasgos para con tu equipo tienes y no te gustaría tener? ¿Cuáles de estos rasgos te gustaría tener y no tienes? y ¿Qué hábitos concretos estás dispuesto a cambiar para lograrlo?

Ahora mi empresa funciona sin mi presencia permanente. He aprendido a delegar en mi equipo

JOAN V.M. EMPRESARIO DEL SECTOR DE LA CARPINTERIA

Hace ocho meses, mientras terminaba un curso de formación sobre cómo mejorar el rendimiento de mi empresa, escuché por primera vez las palabras ÀGORA COACHING. La curiosidad me llevó a buscar información y a profundizar en la web de esta empresa.

Así encontré el PROGRAMA AVANZA. Antes de empezar nuestro proyecto empresarial, mis socios y yo teníamos muchas dudas acerca de los beneficios que nos podría traer dicho emprendimiento y nos preguntábamos si realmente valdría la pena la inversión. Tan solo cinco meses después de haber iniciado el proyecto, comenzamos a ver resultados.

Àgora Coaching y su Programa Avanza, nos han dado un marco de referencia para organizar nuestra empresa y enfocar nuestro tiempo y energía en el trabajo estratégico. Ahora trabajamos cada vez más en la construcción de nuestra visión, creando una empresa que nos facilite a nosotros, a nuestros clientes y a nuestros empleados, vivir la vida que queremos vivir.

Desde que comenzamos, concebimos este programa como un compromiso personal para mejorar nuestro negocio y hasta el día de hoy así ha sido. Las nuevas áreas que estamos abriendo, prometen aún más y mejores resultados. Tan solo llevamos completada la tercera parte del programa, y estoy seguro de que, con los resultados obtenidos a día de hoy, nuestro esfuerzo e inversión ya están totalmente amortizados. Quiero felicitar especialmente al coach asignado a nuestro proyecto, por su gran experiencia en alta dirección y por sus excelentes cualidades como persona. Hemos recibido mucho más de lo que esperábamos.

Involúcrese en su equipo

Involúcrate en tu proyecto, no te dediques únicamente a trabajar en el.  

En Ágora Coaching, involucrarte en tu proyecto y no únicamente trabajar en él, no sólo es el símbolo del cambio de pensamiento que hay que tener para poder crear un negocio que realmente funcione. Es un cambio de perspectiva que tiene todo que ver con reconocer que el propósito de tu vida no es servir diligentemente a tu negocio. El propósito de tu negocio es servir a tu vida. 

Este mes, estamos dedicando una serie de blogs a esta idea para ayudarte a entender este poderoso cambio de paradigma a fin de transformar tu negocio y tu vida. El blog de hoy es una introducción, o una reintroducción, a la idea en sí misma. 

Entonces, ¿por qué es tan importante que cambies tu forma de pensar para construir un negocio que funcione? volvamos al mito empresarial. 

Ágora Coaching dice que, independientemente de cuánto te identifiques con ser un empresario, es un mito que la mayoría de las empresas se comienzas por ellos. Según nuestra definición, los empresarios son personas que entran en el negocio con una visión de lo que quieren crear y que no depende de su propia capacidad para producir resultados. 

La mayoría de las empresas, de hecho, son iniciadas por lo que llamamos «técnicos», personas que crean un lugar de trabajo por ellos mismos, y hacen la pésima suposición de que entender el trabajo técnico de su empresa significa que serán capaces de construir con éxito una empresa que haga ese trabajo técnico. 

No sólo es la causa principal de la tasa de fracaso de las empresas (la mitad de todas las empresas nunca llegan a su quinto aniversario) sino que deja a los sobrevivientes en modo de supervivencia. Muchos simplemente aguantan. Otros han perdido su pasión. 

Aquí hay algunos ejemplos de lo que queremos decir: 

Si eres un diseñador gráfico, puedes tener la habilidad técnica para producir una magnífica comunicación visual a través de la tipografía, la fotografía y la ilustración, pero eso no significa que entiendas lo que se necesita para construir un negocio de diseño gráfico que pueda hacer una promesa a sus clientes de manera permanente. 

Si eres electricista, puede que seas técnicamente competente para cablear un edificio del tamaño de la Torre Sears en Chicago, pero no significa que sepas nada sobre la construcción de los procesos de marketing, finanzas, gestión, generación de clientes potenciales, conversión de clientes potenciales, satisfacción del cliente o liderazgo que todo negocio de contratación eléctrica necesita. 

Si eres un agente de bienes raíces, puedes ser sobresaliente en la representación de clientes que buscan comprar o vender una casa, pero no significa que estés preparado para crear una empresa de bienes raíces que pueda alcanzar el éxito. 

Si eres un técnico de corazón, no sólo te apasiona el producto o el servicio que ofreces, sino que eres realmente bueno en lo que haces y, desde el día en que comenzaste has estado confiando en tu capacidad personal para hacer las cosas, nadie lo va a hacer mejor que tú.  

Pero…no es suficiente. Sólo puede llegar hasta cierto punto. Es decir, no puedes evitar sentir el peso de todo lo que precisa un negocio para el que no estás preparado. Tratar de mantenerse al tanto de todo puede ser abrumador. Puedes pasar mucho tiempo trabajando sin sentir que estás llegando a ninguna parte. Es un trágico gasto de tiempo y esfuerzo. 

Y no tiene por qué ser así. 

El involucrarte en tu proyecto no únicamente trabajar en él, es la forma en que un verdadero empresario piensa. Para el empresario, el negocio funciona sin ellos. Para el técnico, el negocio funciona gracias a ellos. 

Para el empresario, el negocio es el producto. Para el técnico, el negocio es un lugar para ir a trabajar todos los días. 

Imagina tu negocio como un prototipo para 5.000 más como tú. ¿Qué significaría para tu empresa si tuvieras que enfrentarte al hecho de que no puedes estar en 5.000 lugares a la vez? ¿Cómo tendría que funcionar tu negocio si no pudiera depender de ti para producir resultados? 

Para responder a estas preguntas, tendrías que empezar a pensar de forma diferente. Tendrías que empezar a imaginar tu negocio como algo totalmente separado de ti. Tendrías que pensar en tu estrategia de negocios, no sólo en las tácticas de tu negocio. Tendrías que imaginar cómo funcionaría tu negocio, no sólo trabajar a secas. Tendrías que imaginar cómo se vería y funcionaría cada proceso para darle a tu cliente la experiencia deseada. Tendrías que pensar en el tipo de personas que necesitarías y la dinámica de empresa que tendrías que crear para reunir a todos en torno a tu visión. Tendrías que imaginar cada sistema que tu equipo necesitaría para crear efectivamente una experiencia excepcional para el cliente. 

De eso se trata involucrarte en tu negocio, no únicamente trabajar en él. Crear una empresa que funcione de manera consistente, rentable y autosuficiente es un trabajo duro y muy gratificante. Es el tipo de trabajo que te pondrá a prueba y te mostrará de lo que realmente eres capaz. Es un trabajo que puede hacer posible que, con el tiempo, te rodees de las personas adecuadas, un equipo que puede ofrecer una experiencia excepcional al cliente con el apoyo de tus propios sistemas y procesos. 

Una vez que tu negocio no dependa de ti para hacer cosas como generar clientes potenciales, convertirlos en ventas, entregar tu producto o servicio, administrar tu dinero, impulsar el crecimiento, hacer un seguimiento de tus métricas, desarrollar a tu gente, tratar a tus clientes de forma adecuada, innovar para mantenerse al día con las cambiantes preferencias de los clientes y la competencia, o incluso liderarlo si así lo deseas, estarás bien encaminado hacia la libertad.  

La libertad de contribuir a tu negocio manera satisfactoria. Libertad para generar un ingreso que apoye la vida por la que has trabajado tan duro. Libertad para dejarlo cuando estés listo, confiando en que está en buenas manos o libertad para venderlo a un precio superior. 

¿No es eso lo que realmente deseabas cuando decidiste formar una empresa por ti mismo? 

Echa un vistazo a los otros blogs de esta serie: 

  • ¿Cómo va el negocio? Depende del sombrero que lleves puesto. 
  • Cómo trabajar en él mientras se trabaja en él. 
  • El tiempo que necesitas está ahí: Así es como se encuentra. 
  • Cuando llevar bien tu negocio se siente mal. 
  • Tu producto no es lo que tú crees que es. 
  • La historia de Sam: El problema de tener todas las respuestas. 
  • Cómo dejar de sentirse abrumado y tomar el control de tu negocio. 
  • ¿Cuál es tu verdadero trabajo en la empresa?