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Rasgos del líder dialogante

Si tuviera que elegir una capacidad que sintetice cómo es un directivo que sabe liderar a las personas a través de conversaciones, podría mencionar los rasgos característicos del que podríamos denominar el Directivo Dialogante. Éste es un directivo que a través de la maestría en el dominio del proceso de comunicación y sus competencias asociadas, es capaz de conquistar el entusiasmo de su equipo. En otras palabras, sus interacciones son de largo alcance porque inspiran a hacer las cosas mejor y también a ser mejor profesional. Ayuda y contribuye a llevar a los directivos de su equipo a dar lo mejor de sí mismos, en plazos de tiempo relativamente breves.

Así se puede identificar al Líder Dialogante en base a sus habilidades.

* Conoce bien a las personas con las que trabaja y les tiene aprecio.

  • Dedica tiempo a conversar con las personas de su equipo, tanto en contextos formales, como en contextos informales.
  • No improvisa las conversaciones importantes, las prepara. Es empático y capta el estado de ánimo de su interlocutor.
  • Tiene más preguntas que respuestas y, en sus conversaciones, pasa más tiempo escuchando que hablando. Deja que los demás terminen de hablar para tomar la palabra.
  • Es prudente en sus afirmaciones y no tiene siempre una respuesta para todo. Sabe decir «no lo sé».
  • Pide opinión a su equipo antes de decidir y la tiene en cuenta.
  • Escucha con los cinco sentidos y, mientras tanto, no hace multitarea (escribir e-mails, mirar la pantalla…), incluso cuando habla por teléfono.
  • No se pronuncia inmediatamente ante cualquier controversia.
  • No toma decisiones importantes «en caliente». Se da un tiempo razonable para reflexionar, pero luego decide con firmeza.
  • Es flexible y cede. No pretende salirse con la suya, sino más bien «salirse con la nuestra».
  • Habla con franqueza, mirando a los ojos.
  • Pide feedback a su equipo sobre cómo puede mejorar. Y lo pone en práctica.
  • Sabe manejarse en el terreno de las discrepancias profesionales, sin convertirlas en personales.
  • Asume los errores y trata de aprender de ellos.
  • No habla mal de nadie nunca, ni siquiera en sus propias reflexiones.
  • Cuando le toca pronunciarse sobre otra persona, lo hace con respeto y ecuanimidad, sin dejarse llevar por antipatías.
  • No saca el hacha para «cortar por lo sano» cuando tiene un conflicto con alguien de su equipo, sino que trata de resolverlo.
  • Sabe pedir disculpas y aceptarlas.
  • Acepta el reto de trabajar con personas que tienen una personalidad distinta y que, de modo espontáneo, no simpatizan con la suya.
  • Confía en los demás y delega. No decide sobre temas que deberían decidir sus colaboradores.
  • Cuando se le «escala» un conflicto entre dos personas de su equipo, no se erige en juez para decidir la solución, sino que les ayuda a que la encuentren ellos mismos.
  • Tiende puentes entre posturas enfrentadas. Se centra en lo que une, no en lo que separa.
  • Comparte la información y comunica las decisiones.
  • Dice siempre la verdad. Y si no debe decirla, permanece en silencio.
  • Está presente, sale del despacho y se interesa por el trabajo de las personas de su equipo.
  • Cuando corrige lo hace sin humillar y su tono anima a la otra persona a mejorar.
  • Es receptivo ante propuestas de mejora o ante nuevas maneras de hacer las cosas. Se siente cómodo con la discrepancia.
  • Responde a los e-mails en los que las personas de su equipo le plantean dudas o consultas. Evita el «silencio administrativo».
  • Esta disponible. Responde a las llamadas telefónicas, mensajes y emails de forma rápida y diligente, considerando y respetando a las personas que desean comunicarse con él.
  • Afronta las conversaciones difíciles cara a cara, en vez de eludirlas enviando e-mails.

En pocas palabras, el Líder dialogante, en su trabajo de dirigir a personas, logra crecer haciendo crecer a las personas de su equipo, tanto profesional como personalmente.

Detente un momento y reflexiona:

¿Qué rasgos para con tu equipo tienes y no te gustaría tener? ¿Cuáles de estos rasgos te gustaría tener y no tienes? y ¿Qué hábitos concretos estás dispuesto a cambiar para lograrlo?