En Ágora Coaching, involucrarte en tu proyecto y no únicamente trabajar en él, no solo es el símbolo del cambio de pensamiento que hay que tener para poder crear una empresa que realmente funcione, sino que es un cambio de perspectiva que tiene todo que ver con reconocer que el propósito de tu vida no es servir diligentemente a tu empresa. El propósito de tu empresa es servir a tu vida.
Este mes, estamos dedicando una serie de blogs a esta idea para ayudarte a entender este poderoso cambio de paradigma a fin de transformar tu empresa y tu vida. El blog de hoy es una introducción, o una reintroducción, a la idea en sí misma.
Entonces, ¿por qué es tan importante que cambies tu forma de pensar para construir una empresa que funcione? volvamos al mito empresarial.
La mayoría de las empresas, son iniciadas por lo que llamamos «técnicos», personas que crean un lugar de trabajo para ellos mismos, y hacen la pésima suposición de que entender el trabajo técnico de su empresa, significa que serán capaces de construir con éxito una empresa que haga dicho trabajo técnico.
No solo es la causa principal de la tasa de fracaso de las empresas (la mitad de todas las empresas nunca llegan a su quinto aniversario), sino que deja a los supervivientes en modo de subsistencia. Muchos simplemente aguantan, mientras que otros pierden definitivamente su pasión.
Aquí hay algunos ejemplos de lo que estamos comentando:
Si eres un diseñador gráfico, puedes tener la habilidad técnica para producir una magnífica comunicación visual a través de la tipografía, la fotografía y la ilustración, pero eso no significa que entiendas lo que se necesita para construir una empresa de diseño gráfico, que pueda ofrecer un servicio de calidad a sus clientes de manera permanente.
Si eres electricista, puede que seas técnicamente competente para cablear un edificio del tamaño de la Torre Agbar en Barcelona, pero no significa que sepas nada sobre la construcción de los procesos de marketing, finanzas, gestión, generación de clientes potenciales, conversión de clientes potenciales, satisfacción del cliente o liderazgo, que toda empresa de contratación eléctrica necesita.
Si eres un agente de inmobiliario, puedes ser sobresaliente en la representación de clientes que buscan comprar o vender una casa o una propiedad, pero no significa que estés preparado para crear una empresa que alcance el éxito.
Si te apasiona la parte técnica del trabajo, es decir, no solo te gusta el producto o el servicio que ofreces, sino que eres realmente bueno en lo que haces y, desde el día en que empezaste tu proyecto has estado confiando en tu capacidad personal para hacer las cosas, nadie lo hará mejor que tú.
Pero…esto no es suficiente. Solo podrás llegar hasta cierto punto. Es decir, no puedes evitar sentir el peso de todo lo que necesita una empresa para la que no estás preparado. Tratar de mantenerse al tanto de todo puede ser abrumador. Puedes pasar mucho tiempo trabajando sin sentir que estás llegando a ninguna parte. Es un trágico gasto de tiempo y esfuerzo innecesario.
Y no tiene por qué ser así.
Involucrarte en tu proyecto, no únicamente trabajar en él, es la forma en que un verdadero empresario piensa. Para el empresario, la empresa funciona sin él. Para el técnico, la empresa funciona gracias a él.
Para el empresario, la empresa es el producto. Para el técnico, la empresa es un lugar al que ir a trabajar todos los días.
Imagina tu empresa como un prototipo para abrir 5.000 sucursales. ¿Qué significaría para tu empresa si tuvieras que enfrentarte al hecho de que no puedes estar en 5.000 lugares a la vez? ¿Cómo tendría que funcionar tu empresa si no tuviera que depender de ti para producir resultados?
Para responder a estas preguntas, tendrías que empezar a pensar de forma diferente. Tendrías que empezar a imaginar tu empresa como algo totalmente separado de ti. Tendrías que pensar en tu estrategia, no solo en las tácticas. Tendrías que imaginar cómo funcionaría tu empresa y no solo dedicarte a trabajar en ella. Tendrías que imaginar cómo se vería y funcionaría cada proceso, para proporcionarle a tu cliente la experiencia deseada. Tendrías que pensar en el tipo de personas que necesitarías y la dinámica de empresa que tendrías que crear, para reunir a todos en torno a tu visión. Tendrías que imaginar cada sistema que tu equipo necesitaría, para crear de forma eficiente, una experiencia excepcional para el cliente.
De eso se trata involucrarte en tu empresa, no únicamente trabajar en ella. Crear una empresa que funcione de manera consistente, rentable y autosuficiente es un trabajo duro y muy gratificante. Es el tipo de trabajo que te pondrá a prueba y te mostrará de lo que realmente eres capaz. Es un trabajo que puede hacer posible que, con el tiempo, te rodees de las personas adecuadas, un equipo que puede ofrecer una experiencia excepcional al cliente con el apoyo de tus propios sistemas y procesos.
Una vez que tu empresa no dependa de ti para hacer cosas como generar clientes potenciales, convertirlos en ventas, entregar tu producto o servicio, administrar tu dinero, impulsar el crecimiento, hacer un seguimiento de tus métricas, desarrollar al equipo, tratar a tus clientes de forma adecuada, innovar para mantenerse al día con las cambiantes preferencias de los clientes y la competencia, o incluso liderarlo, si así lo deseas, estarás bien encaminado hacia la libertad.
La libertad de participar en tu empresa de manera satisfactoria. Libertad para generar los ingresos necesarios para disfrutar de la vida por la que has trabajado tan duro. Libertad para dejarlo cuando estés listo, confiando en que está en buenas manos o libertad para venderla a un precio superior.
¿No es eso lo que realmente deseabas cuando decidiste formar una empresa por ti mismo?